Lo detestaba

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Justo en aquel momento llegó el correo. Harry ya se había acostumbrado, pero la primera mañana se impresionó un poco cuando unas cien lechuzas
entraron súbitamente en el Gran Comedor durante el desayuno, volando sobre las mesas hasta encontrar a sus dueños, para dejarles caer encima cartas y
paquetes. Hedwig no le había llevado nada hasta aquel día. Algunas veces volaba para mordisquearle una oreja y conseguir una tostada, antes de volver a dormir en la lechucería, con las otras lechuzas del colegio. Sin embargo, aquella mañana pasó volando entre la mermelada y la azucarera y dejó caer un sobre en el plato de Harry Este lo abrió de inmediato.

Querido Harry (decía con letra desigual), sé que tienes las tardes del viernes libres, así que ¿te gustaría venir a tomar una taza de té conmigo y los gemelos sheffield, a eso de las tres? Quiero que me cuenten todo lo de su primera semana. Envienme la respuesta con Hedwig.
Hagrid

Harry cogió prestada la pluma de ron y contestó:

«Sí, gracias, nos
veremos más tarde»

en la parte de atrás de la nota, y la envió con Hedwig.
Fue una suerte que Hagrid hubiera invitado a Harry y a los gemelos a tomar el té, porque la clase de Pociones resultó ser la peor cosa que le había ocurrido allí, hasta entonces.
Al comenzar el banquete de la primera noche, Harry había pensado que no le caía bien al profesor Snape. Pero al final de la primera clase de Pociones supo que no se había equivocado. No era sólo que a Snape no le gustara
Harry: lo detestaba.
Las clases de Pociones se daban abajo, en un calabozo. Hacía mucho más frío allí que arriba, en la parte principal del castillo, y habría sido igualmente tétrico sin todos aquellos animales conservados, flotando en frascos
de vidrio, por todas las paredes.
Snape, como Flitwick, comenzó la clase pasando lista y, como Flitwick, se detuvo ante el nombre de Harry
-Ah, sí -murmuró-. Harry Potter. Nuestra nueva... celebridad.
Malfoy y sus amigos Crabbe, Goyle, zabini rieron tapándose la boca.
La cara de draco hizo que ___ riera pero harry pensó que se reia de el.
Snape terminó de pasar lista y al igual que como lo había hecho con harry paro en los gemelos sheffield,
-- salazar, rowena, no me fallen, es algo bastante malo que el quedara en griffindor, ustedes deberían estar acá, se que no es su culpa, por eso no tengo nada en su contra, al terminar de pasar lista miró a la clase.
Sus ojos eran tan negros como los de Hagrid, pero no tenían nada de su calidez. Eran fríos y vacíos y hacían pensar en túneles oscuros.
-Vosotros estáis aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones -comenzó. Hablaba casi en un susurro, pero se le entendía
todo. Como la profesora McGonagall, Snape tenía el don de mantener a la clase en silencio, sin ningún esfuerzo-. Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de vosotros dudaréis que esto sea magia. No
espero que lleguéis a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a
través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos... Puedo enseñaros cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... si sois algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar.
Más silencio siguió a aquel pequeño discurso. Harry y Ron intercambiaron miradas hacia los gemelos sheffield con las cejas levantadas. Hermione Granger estaba sentada en el borde de la silla, cerca de malfoy y parecía desesperada por empezar a demostrar que ella no era un alcornoque.

(Tn) en hogwarts, 1T, la piedra filosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora