Antinatural • NamKook

T R E S

A la mañana siguiente Jungkook intentó verse presentable antes de ir al pequeño comedor de su cabaña, para poder desayunar con sus padres. Sin embargo, las horas que pasó en vela no podían disimularse.

Aún se sentía tenso y preocupado a partes iguales. ¿Habían pasado los hermanos Kim la segunda fase de su ceremonia de vinculación? ¿O aparecerían muertos?

¿Eran los Kim infiltrados? ¿Eran malvados? ¿Y si no lo eran y no merecían el trato injusto que su padre les dio?

Jungkook llevaba horas pensando lo mismo, teniendo sus emociones divididas. Además estaba preocupado por lo enojado que su padre había estado ayer con él por haberlo cuestionado. Jungkook no quería que incluyeran a sus amigos en su castigo, como había ocurrido en el pasado.

Una vez que estuvo vestido y peinado, decidió salir de su habitación para encontrarse con su destino.

Su padre ya estaba sentado y esperando mientras su madre ponía comida en la mesa.

—Buenos días. —Jungkook reprimió su miedo y su incertidumbre, porque a sus padres no les gustaba cuando era un cachorro asustadizo y frágil de corazón.

—Buenos días, hijo. Siéntate para que pueda servirte. —Su madre parecía feliz, como cada vez que podía servirles.

—No pareces haber dormido bien, Jungkook. —Dijo Jaehyun, con el rostro en blanco. Jungkook luchó por no dejar escapar sus emociones en su olor neutro de cachorro. Su madre podía decirle a su padre cómo se sentía a través de su vinculo telepático.

—No dormí en lo absoluto. —No le servía mentir, no cuando su padre lo conocía mejor de lo que se conocía a sí mismo.

—¿Y eso por qué? —Su padre se inclinó en la mesa, luciendo interesado de una manera que asustó más a Jungkook. Jungkook dio todo de sí mismo para controlarse.

—Estaba preocupado por lo que pasaría con los Kim anoche. —Confesó, y no le dio tiempo a su padre de malinterpretar sus palabras. —Todos vimos su fuerza, así que durante todos los combates me estuve preguntando si realmente querían unirse a nosotros, o si eran infiltrados que no dudarían en contarle a los suyos que pudieron vencer a nuestros soldados más fuertes. —Jungkook apenas se permitió respirar. —Tenía muchas dudas sobre ellos, pero luego cuando supe que querías enviar a Kim Namjoon herido a hacer la segunda fase, donde la gente muere... Sería tan injusto, porque... ¿Y si realmente querían unirse y los tratamos injustamente? Entonces, sí, estuve muy preocupado.

Entonces, inesperadamente su padre sonrió. Parecía orgulloso.

—Aún eres un cachorro alfa físicamente, pero ya piensas como un líder, hijo. —Dijo Jaehyun. —Un líder precavido, justo y bondadoso. Estoy orgulloso de ti, Jungkook.

Jungkook respiró tranquilo por primera vez en horas. Su padre ya no estaba enfadado con él, Jungkook lo estaba complaciendo como debía ser. Todo estaría bien, nadie sufriría.

—También estoy muy orgullosa de ti, hijo. —Su madre le regaló una sonrisa cariñosa y le revolvió el cabello. Cuando terminó de servirles, se sirvió a sí misma y se sentó. —Mi alfa, creo que deberías contarle las buenas noticias a Jungkook ahora.

Jaehyun sonrió.

—Tenemos dos miembros nuevos, hijo. Los Kim superaron la segunda fase. —Le informó. —Sabemos que piensan como nosotros y son capaces de actuar en consecuencia. Y respecto a su lealtad... Ya hicieron su juramento. Si lo rompen, seré yo quién se encargue de que reciban su castigo, como con cualquier traidor.

Jungkook estaba un poco más aliviado ahora. Namjoon había superado la prueba -lo que sea que fuera- aún estando herido, la injusticia no le había afectado; y si su padre confiaba en los hermanos Kim, Jungkook también. Debía dejar de pensar en ellos como una amenaza, y verlos como buenas adiciones a la manada.