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(Anteultimo capitulo)

Charly abrió la puerta y se encontró inesperadamente con Moro, que entró casi sin pedir permiso. Después miró a García y le dijo:

—¿Vos sos boludo? Atendé las llamadas, enfermito—Lo regañó, pero eso no era lo importante ahora, habían claras prioridades—Te tengo que decir algo importante.

—¿Eh? ¿Qué? ¿Es sobre Julian?

—Sí, me dejó una carta hace un rato—Le contó—La traje.

—A mí también me dejó una carta...—Se apresuró a decir el más alto.

Y después ahí estaban, ambos mensajes sobre la mesa, y decían casi lo mismo. A este punto, ambos podían coincidir en la idea de que el novio de Pedro era el tipo de persona que no tenía ni una pizca de cordura. Lo que quería era tenerlos a todos en un mismo lugar. Ahora, ¿Qué hacer? Ninguno se animaba a proponer nada, ni una mísera idea, estaban helados.

—¿Vos pensás que lo dice en serio?—Inquirió Moro—Podemos llamar a la policía y...

—No, no es necesario— Lo interrumpió el tecladista—Julian me quiere a mí... Podemos llegar a un acuerdo, o hacer un ¿intercambio?, no me gustaría que Pedro se quedara sin él—¿Cómo? ¿Charly sabía algo que el resto no? Y Moro lo miró un poco raro cuando escuchó lo de "intercambio"

—Pero, Charly, el tipo en cualquier momento se manda cualquiera—Le recordó Oscar—¿Vos vas a dejar que siga suelto? ¿Y cerca de Pedro?

—Pedro por fin es feliz, y es con él—Replicó Charly—No puedo volver a estropearle la vida de esa forma.

—Julian estuvo amenazando con matar a David, me parece que esto es más que solo "Pedro es muy feliz con él"—Habló el baterista—Ese chabón, un día le pega la locura y no sé... Pensalo.

—Yo...—García suspiró—Te juro que si Julian le hace algo a alguien por mi culpa, me cuelgo, te lo juro, pero por lo menos quiero tratar de llegar a un acuerdo o algo...

—Ay, Charlotte... Yo voy a ir con vos.

Moro puso al brazo alrededor de su amigo. Seguía con la idea de llamar a la policía, pero iba a esperar a que pasaba.

Charly no sabía si quería que Moro fuera con él.

♪ ♪ ♪


Pedro caminaba por las calles nocturnas, estaba serio y no miraba a Julian, que ya sabía lo que pasaba, pero fingía no saber. Alves agarró la mano de su novio y habló.

—Pedrito, te veo muy serio—Dijo—¿Pasa algo? ¿No estás feliz de salir?

—N-no es eso—Tartamudeó Aznar.

—¿Entonces?—Insistió Julian.

—Nada, no tengo nada—Después señaló el local al que iban—Mirá, ya llegamos.

Entraron al bar y fueron con David y Luis, que ya estaban ahí desde hace un par de minutos. Empezaron con saludos, Julian había sido hipócritamente amable con Luis para luego hacerle algún gesto grosero de forma disimulada.

—¿Te vas a disculpar conmigo?—Dijo Alves, mirando a Spinetta con una sonrisa—No es necesario, yo no guardo rencores.

—Me parece que vos le debés una disculpa a Luis—Interrumpió David—Me gustaría saber algo, ¿Pensás hacer algo en contra nuestra? No dejá, Luis ya me explicó, ¿Por qué es eso, Julian?

A Pedro se le saltó el corazón, no esperaba que David dijera eso. Ahora estaba más confundido que nunca, porque no tenía idea de lo que había pasado realmente. ¿A caso Julian de verdad era una persona tan nefasta? Miró con los ojos desorbitados a Luis, que estaba hecho un manojo de nervios, este tampoco esperaba que David fuera tan directo con respecto al tema. Pero bueno, ya estaban todos jugados de una forma u otra. Julian rompió el silencio al fin:

♪tango, uno de verdad♪ (Serú Girán)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora