Claro que había calculado todo, desde el cómo atacaría hasta lo que debería hacer después, más nunca imaginó el terror que sentiría al observar cómo la figura de la fémina se alejaba cada vez más de él.
Angustiado y con una extraña sensación de borboteo surgiendo en su estómago, corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron, llegando hasta el límite de las Cascadas, donde, sin pensarlo ni un momento, saltó.
Afortunadamente, la figura de ella volvió a ser perceptible para él, pero digamos que no fue la única en entrar en su campo visual. El Honchkrow, lejos de encontrarse inconsciente después de haber recibido el ataque en una de sus alas, continuó despierto y con el mismo agarre sobre la más joven. Al no encontrar otra solución, Eamon sujetó una de las patas del Pokémon pájaro y comenzó a golpearla con desenfreno mientras continuaban cayendo.
Torf debía admitir lo sorprendido que se encontró ante la determinación de aquel Espadachín, pero al mismo tiempo no perdía de vista su tarea, así que, aún con un ala herida y ambas garras ocupadas, comenzó a lanzar picotazos en respuesta. De cada 5 picotazos, 3 eran propinados con éxito, debilitando al receptor con el transcurrir de cada segundo.
En medio del caos, varias ramas de árbol se entrelazaron convirtiéndose en una misma, ésta salió disparada desde el costado derecho de la Cascada (a unos 10 metros debajo de los que caían en picada) mostrando en su extremo final a Praxedes, quien por su parte, se encargó de anclar sus brazos en la fornida rama para después recibir y sostener a su cómplice con las patas traseras. Como resultado de esta desesperada táctica, la caída que llevaba aquel trío frenó en cuestión de 3 segundos.
Eamon alzó su mirada consternado, encontrándose inevitablemente con la sonrisa forzada del contrario, quien realizaba un esfuerzo monumental para soportar el peso conjunto de ellos.
Mientras Silas mantenía la rama base para su Jefe, éste último comenzaba a sudar frío al sentir que pronto llegaría a su límite. Praxedes era fuerte, de eso no cabía duda, pero el encargarse de un peso similar al de un Snorlax sería agotador para cualquiera y él no era la excepción.
Cansado, le dirigió una mirada al Honchkrow, quien sin necesidad de palabras comprendió al instante. De un momento a otro, Eamon y Erea se encontraron cayendo los 600 metros que restaban, solos.
La caída por sí misma ya tenía una clara amenaza de muerte como tarjeta de presentación y el hecho de no contar con algún movimiento que pudiera ser útil en esa situación no servía para el autocontrol del Gallade. Desesperado y con un nudo en la garganta, miró a todos lados con la esperanza de encontrar algo que les fuera de ayuda, pero de nueva cuenta sus esfuerzos se vieron frustrados por el claro mensaje que el universo les mandaba.
"𑁋De esta no salen con vida𑁋"
¡Diablos!, el destino estaba más que empecinado con ponérsela difícil. Bien, si las cosas debían acabar así, ¡pues que así fuera!.
Cubrió el cuerpo de Erea con su capa y la rodeó con sus brazos a modo de protegerla del impacto inminente, bajó su cabeza hasta dejar su barbilla al nivel de su pecho y se preparó para lo que venía.
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"El Milenio Pokémon"/ 1ra Temporada
Fiksi PenggemarEl heraldo de la Destrucción dejó inmerso en tinieblas a un antiguo y casi olvidado Reino, siendo el esfuerzo de una joven Pokémon el único capaz de ponerle fin a semejante Infierno. El Mítico Guardián fue llamado a ayudar y tan pronto como su labor...