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Húmedo. Fue lo primero que se le vino a la mente al sentir la frialdad a su alrededor. 

Abrió los ojos con pesadez y parpadeó múltiples veces para enfocar con más claridad su entorno. Al parecer, después de caer por la cascada la corriente del río lo arrastró hasta dejarlo atorado entre varias piedras donde el nivel y flujo del agua era menor.

Levantó su tronco con ayuda de los antebrazos para ver el cuerpo de la joven que, se supone, debería estar debajo suyo en igual o mejor estado que él, grande fue su desconcierto al no encontrarla. Se levantó a duras penas y caminó con una leve cojera en su pierna izquierda, por lo visto, ese río poseía más piedras de las que imaginó.

Adolorido y con clara expresión de perder la conciencia en cualquier segundo, avanzó, recorriendo toda la extensión del río sin intención de detenerse, pero de nuevo el universo jugaba con su paciencia al hacerlo encontrarse con una encrucijada.

El río principal que nace desde lo alto de las montañas del Norte se extiende hasta terminar en las Cascadas Avon, donde cae y continúa unos metros más hasta dividirse en varios ríos pequeños que van a parar en las costas de la Región Este. Y justamente Eamon acababa de llegar a la sección primaria de esa interminable cadena de ríos.

Ante tal idea el caballero frunció exageradamente el ceño, se encontraba verdaderamente irritado. Además de desconocer el paradero de la más joven, él desgraciadamente no contaba con la certeza de, si al buscarla, podría encontrarla levemente herida pero con vida. 

Al ser esa la cuestión, si el resultado fuera el peor... ¿qué les diría a esa Talonflame y al Gran Sabio, después de haber jurado con la vida que se las regresaría sana y salva?, ¿siquiera sería capaz de verles a la cara?

Las dudas comenzaron a nublar su mente a la vez que se encargaban de llenarla con los peores resultados, su cuerpo comenzó a tensarse ante la ansiedad que le generaban todos y cada uno de esos escenarios en los que Erea se veía escasa de vida. 

Un escalofrío lo recorrió desde la punta de sus pies hasta la base de la nuca, haciéndolo apretar los ojos por un breve instante. A los segundos volvió a abrirlos, encontrándose con un alo de luz de tonalidad verdosa.

Desorbitado y claramente incapaz de creer lo que sus ojos le mostraban, volvió a cerrarlos una y otra vez, finalizando la acción con una rápida tallada brindada por el dorso de sus manos, acción que llevó a cabo en un intento inútil por alejar esas supuestas "alucinaciones". Cabe mencionar que el resultado que obtuvo terminó por derrumbar la posibilidad de haber heredado cierto grado de locura que comenzaba a dañar su salud mental.

Ante él, a solo 5 metros de distancia del lado contrario del río, la silueta de lo que parecía ser un Gogoat le invitaba a seguirlo.

𑁋¿Quién eres y qué quieres? 𑁋preguntó estando a la defensiva.

El Pokémon misterioso solo siguió su andar, dejando al emisor del mensaje con las dudas en la boca.

Algo dudoso pero con determinación en su mirar, dio el primer paso con la intención de seguir al recién llegado, siendo la cojera en su lado izquierdo el detonante que le haría recordar su estado actual. Un leve quejido salió involuntariamente de su boca, el dolor que había aparecido de nueva cuenta en su pierna izquierda estaba comenzado a incrementar de forma considerable, llegando a un punto en el que ya no podría ser ignorado. 

Esto no pareció pasar desapercibido por el contrario, quien, en lugar de continuar con su tenue andar, frenó de improviso cambiando su ruta y regresando sobre sus pasos hasta llegar con el caballero.

Al verlo dolido y cabizbajo, el Gogoat se limitó a acercarse lo suficiente como para agachar su cabeza y tocar la del contrario con la zona de nacimiento de sus cuernos (frente), lugar del cual comenzó a fluir una cálida y reconfortante energía que envolvió por completo el cuerpo de Eamon, sanando sus heridas y devolviéndole la energía perdida.

Terminada su tarea, se alejó y continuó su andar. 

El que permanecía en el piso se encontró sorpresivamente vigoroso y con el ánimo por los cielos. Siendo consciente de lo valioso de su tiempo, se levantó de un brinco del suelo y continuó a paso firme el camino que le indicaba el Pokémon Montura.

"El Milenio Pokémon"/ 1ra TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora