Después de la traición de su general y de morir quemado por el mismo, este llega a otro mundo para tomar el puesto que tuvo en vida, Naofumi Iwatani Sargento Escudo.
Pero teniendo un resentimiento e odio por su general quien acabo con su vida, ¿Que...
- ¿En donde estoy?, mis heridas... ya no están... ¿Que paso?
- ¿Que ocurrió?, ¿Porque solo hay un héroe?
- ¿Héroe?
Alias: Sgt. Escudo.
- Eh, Disculpen... ¿Que esta sucediendo?, ¿Que es esto?
- Parece que alguien más también invoco a los otros héroes...
- ¿Donde esta Ghost?
Ubicación: Desconocida.
- Héroe del Escudo, por favor, salva nuestro mundo de las olas.
- ¿Héroe del escudo?, ¿Acaso esto es una broma de parte de Issei?
- Por favor, acceda a hablar con nuestros gobernantes, ellos podrán explicarle todo.
Fuerza Operativa: U.S. Army Rangers (Antes), Task Force 1-4-1 (Ahora)
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Accediendo a la petición en busca de respuestas, seguí a los parecidos sacerdotes quienes guiaban el camino hacía sus gobernantes... este lugar tiene un toque medieval, pero uno real, como si se tratara de un verdadero mundo.
Esto debe ser una broma de Issei, ¿Cierto?...
- Este es el ultimo de los cabos sueltos.
No... lo recuerdo bien, ese bastardo de Shepard traiciono a muerte... me... asesino, pero, eso no explica el como llegue a este lugar, o porque soy llamado el héroe del escudo, ¿Que demonios esta pasando?
El peliegro seguía a los invocadores a través de las escaleras, observando por las ventanas de estas el lugar medievo que podía visualizarse, no entendía lo que estaba pasando en este lugar, pero algo estaba claro para el, el recibió ese disparo en el pecho.
Observando el aire fresco del lugar, el cual brindaba un ambiente completamente diferente al cual estaba acostumbrado, uno de cierta forma, ¿Tranquilo?
Caminando por algunos minutos, llegaron hacía la sala real donde se encontraban dos personas con vestimentas que daban a entender que estaban en una posición bastante alta, el pelinegro no comprendía, pero si el podía relacionar su posición, la tomaría como la de los reyes del lugar.
- De los cuatro héroes sagrados, ¿Debía tocarnos el escudo?- el rey hablo.
- !Silenció!- dijo la mujer callando a su esposo- ¡Bienvenido a nuestros territorios Héroe del escudo!, me presento, soy la monarca de estos territorios, Mirellia Q. Mellromarc.
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