Boda.

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Porco y Pieck se encontraban sentados en una mesa que compartían con sus amigos. Ellos salieron a bailar mientras los dos se quedaron sentados bebiendo el whisky en el vaso mientras se burlaban de los demás, de cómo no tenían ritmo.

—Prométeme que, si nos casamos, no haremos una fiesta tan cara — la empujó levemente con su codo mientras le sonreía.

Ella rio mientras lo empujaba más fuerte con un codazo más brusco que el de ella.

—¿Si nos casamos? —preguntó ofendida —. Poko, ¿Quién te dijo que era una opción no casarte conmigo?.

—Así que... ¿Es una obligación? — frunció el entrecejo provocando a la chica. 

—Prácticamente. Solo digo que no es "si nos casamos" —hizo con los dedos las comillas —. Sino es... ¡Cuando nos casemos!

Porco se ríe ligeramente girando el rostro a ella, la chica solo sonríe mientras toma la mano de Porco con la suya intercalando los dedos para besar el dorso de la misma.

—¿Si te digo que nos casemos hoy?... ¿Aceptarías? —con la otra mano tomo el mentón de Pieck girando su rostro al de él.

—Diría que te has tardado demasiado.

Porco vuelve a reír. Ya estaba acostumbrado a que cuando él esté de romántico la chica reviente la burbuja con sus comentarios. Pero no lo molestaba, al contrario, era algo que le gustaba de ella. Era original y espontánea. 

—Claro que te diría que sí. ¿Cómo podría decirte que no? —murmuró contra sus labios.

Porco beso sus labios como si los quisiera probar por primera vez. Fue un segundo veloz pero lo necesario para que la chica sonriera como una niña, al instante sacudió su cabeza sacando esa sonrisa que al rubio le encantaba ver, sin embargo a Pieck le parecía estúpida. 

—Está boda acabó conmigo el día de hoy. ¿Dónde nos casaremos? —le preguntó soltando su rostro para tomar de la bebida mirando a sus amigos otra vez. 

—No importa. Donde sea por mi estaría bien —la chica tomo el tenedor y empezó a picar de la comida que Porco tenía en su plato.

—El lugar lo escogeré yo —tomó su tenedor y del mismo plato empezaron a comer, como si fuera rutina.

—Bien. Pero ni creas que me pondré un vestido blanco, peor tan abultado como ese —señaló a la novia que se movía en la pista de baile con su ahora esposo.

Porco volteo la mirada de nuevo a ella viendo que tenía comida en la comisura de sus labios. Lejos de hacerse la burla de ella puso el dedo pulgar en ese lugar recogiéndose para limpiarlo en una servilleta de por ahí. Pieck se sonrojo un poco por el gesto.

—Tampoco me gustaría verte como una piñata. Eres muy enana como para usar uno de esos —Pieck bufó para golpearlo con el codo aún tomados de las manos.

—Imbécil —le sacó la lengua.

—Rojo te quedaría mejor —le guiño el ojo para seguir comiendo.

Pieck bajo la mirada a su vestido, el que estaba usando ahora era rosado suave con tirantes y un escote en la espalda. Sonrió ampliamente recordado como había peleado con Porco al ponerse aquel vestido por la mañana.

—¿Indirectas Galliard? —metió un bocado a su boca.

—Directa —le informó.

—¿Quieres casarte conmigo hoy?.

—Quiero casarme contigo desde que éramos niños, por mi nos casaremos ahora —Pieck rodó los ojos.

No le gustaba que se ponga de esta manera, de hecho, era algo así como adoraba que sea de esta manera, pero odiaba no poder reaccionar como él quisiera que reaccione. Y es que siempre se pone nerviosa cada que le dice algo así.

Pokkopiku Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora