Me desperté tras haber tenido un sueño en el que mi marido, Robb Stark, era traicionado y asesinado. Me giré y le vi a mi lado, dormido, así que toda preocupación se fue de mi mente. Todavía recuerdo nuestra noche de bodas, él fue amable y atento conmigo. Por fin, pensé, tenía paz y alguien que me amaba. Mi familia, los Manderly, era muy distinguida, pero nunca me habían apreciado. Me habían vendido a los Stark como a un animal, pero de eso no me podía quejar, ya que había conocido al amor de mi vida. Me levanté de la cama y me puse un vestido de seda. Robb se despertó y se situó detrás de mí, dándome dulces besos en mi cuello. Mi piel se erizó al instante y mis mejillas se sonrojaron. Robb me quitó el vestido lentamente y me giró para mirarle.
—Sabes que te amo, ¿no?—me acerqué y planté un beso en sus labios—¿Es eso un sí?
—Sabes que sí.
Me besó apasionadamente y no sé cómo acabamos en la cama de nuevo. Recorrió mi cuerpo con besos mientras se introducía en mí con suavidad. Arqueé mi espalda al instante y él siguió con sus besos. Al llegar a mi intimidad, se detuvo.
—Robb, hazlo, por favor.
Él obedeció y su boca hizo contacto con mi intimidad. Una oleada de placer me sacudió y me hizo llegar al orgasmo.
Nos besamos tiernamente y sentí como mi corazón se llenaba de felicidad. Pasaron unos segundos y llamaron a la puerta.
—Pasa—dijo Robb.
Roose Bolton entró seguramente para hablar de asuntos de guerra con Robb. Me marché de la habitación y me dirigí a las cocinas para comer algo. Allí me encontré a Catelyn Stark, la madre de Robb, llorando desconsoladamente.
—¿Lady Catelyn? ¿Qué ha pasado?—pregunté curiosamente.
—Rhoslyn, Bran y...—se echó a llorar.
Me acerqué para abrazarla mostrándole todo mi apoyo. Ella me correspondió el abrazo.
—Bran y Rickon han muerto—dijo con lagrimas en los ojos.
Sentí que me desmoronaba poco a poco. Ellos habían sido como unos hermanos para mí. No me lo quería creer pero al ver a Catelyn así supe que era verdad. Mi tristeza se convirtió en rabia bruscamente.
—¿Quién fue?—ella no respondió y dejó de mirarme.
—¿QUIÉN FUE?—dije colérica.
—Fue... Theon—.
No podía ser. Theon y yo nos odiamos por mucho tiempo pero eso cambió cuando cumplí 15 años y empecé a verle de otra manera. Empezamos a coquetear y una noche... Aparté esos pensamientos de mi mente y dije:
—¿Lo sabe Robb?
—No, pero debo contárselo.
—Te juro que los vengaré. A los dos. Es una promesa—dije mirándola a los ojos.
Ella me devolvió la mirada y pude observar que algo en ella se había roto para siempre. Me despedí y fui a dar un paseo para despejarme. Mi doncella Martha me llevó a mis aposentos recordándome que esa noche era la boda de Edmure Tully y Roslin Frey. Después de tomar un baño relajante, me vestí y Martha me peinó mi cabello castaño, siempre lleno de nudos.
Al llegar a la ceremonia y vi a Catelyn y a Robb hablando, ambos con una expresión triste en el rostro, por lo que supuse que sabía lo de sus hermanos. Después de la unión llegó el encamamiento y Robb, presionado por sus vasallos participó en él. En cambio, Catelyn y yo nos quedamos sentadas en silencio. No me gustaba esa tradición, me parecía absurda y asquerosa. Supuse que a ella tampoco le agradaba mucho la idea. Lo extraño era que Roslin sollozaba sin parar pero lo atribuí al matrimonio concertado. Los bardos comenzaron a tocar una melodía que nunca había oído. Observé perpleja cómo Catelyn abofeteaba a Roose Bolton. Empecé a correr dirigiéndome hacia Robb pero me detuve en cuanto una flecha atravesó su pecho. Lágrimas silenciosas caían por mi rostro y no lograba articular palabra alguna. Alguien me agarró con fuerza por detrás cuando volví a intentar correr. Roose se acercó a Robb con un puñal en la mano.
—Los Lannister te envían saludos—dijo mientras atravesaba su corazón con el puñal. Me quedé en shock, no podía moverme ni hablar. Oí a Catelyn gritar y pensé en el sueño de la noche anterior. Se había cumplido y no pude hacer nada. Mi cuerpo no se podía sostener por mí solo, empecé a notar que me estaba desmayando. Mis rodillas se doblaron y me caí al suelo. Entonces, todo se volvió negro.
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Se acerca el invierno
Historical FictionRhoslyn Stark es hija de unos de los hombres más reconocidos del Norte, Wyman Manderly. Su vida era sencilla con su marido, Robb Stark, pero el destino le tenía otros planes al presenciar la muerte de su esposo y tener que casarse con el hijo bastar...