::Uno::

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Suspirando, TaeHyung se encontraba sentado en el sofá, aburrido mientras esperaba que el tiempo pasara. Observaba a su madre caminar de un lado a otro, arreglando pequeños detalles aquí y allá para que su cena fuera perfecta, a pesar de que todo estaba en orden. Su ansiedad le hacía sentir que le faltaba algo.

Ese día, su madre le presentaría a su novio, así que estaba muy nerviosa al respecto. Desde que se divorció, ella había salido con varios hombres, pero nunca le presentó ninguno de ellos a TaeHyung. Si ese día quería hacerlo, era porque esa relación iba demasiado en serio, razón que ponía aún más nerviosa a la mujer.

De vez en cuando, nacían niños con alguna peculiaridad, y TaeHyung era uno de esos niños. Esta peculiaridad le daba al joven omega unos ojos preciosos de color azul y un cabello plateado, rasgos que lo identificaban como alguien peculiar. Estos suelen tener algún rasgo que los distingue de las personas normales.

La peculiaridad de TaeHyung era la del oráculo, una habilidad que le permitía ver el futuro de los demás al tocarles con sus manos. Así que lo que pensara TaeHyung, de cierto modo, le preocupaba, ya que el omega estaba decidido a darle la mano a la pareja de su madre, a quien aún le tenía un poco de recelo.

Fue él mismo quien descubrió las infidelidades de su padre, así que no quería ver a su madre volver a pasar por aquello.

Una vez, el timbre sonó. La mujer se tensó. Hasta ahora, su novio sabía de la habilidad de TaeHyung, cosa que también le ponía nervioso. Pero lo entendía, su hijo también tenía una peculiaridad como el omega y sabía lo posesivos que a veces son los peculiares con sus seres queridos. Estos suelen crear vínculos muy fuertes y se aferran a su terquedad.

TaeHyung no estaba usando sus guantes esa noche. Quería ver quién era ese hombre. Lo que menos deseaba era que su madre fuera lastimada otra vez. A la primera anormalidad, estaría fuera de ahí.

—Están aquí —dijo la mujer con una sonrisa, dando un pequeño suspiro—. Por favor, no seas grosero —negó la mujer, viendo a su hijo mientras se acercaba a la puerta con el omega siguiéndole.

—Seré educado —suspiró TaeHyung, viendo a su madre abrir la puerta. El omega solo se quedó asomándose por el costado de su madre, viéndoles saludarse. Su madre recibió unas flores.

—Este es mi hijo, TaeHyung —le presentó al peligris, y este salió por completo de detrás de su madre.

—Oh. Así que este es TaeHyung, es un gusto conocerte al fin —sonrió el hombre. TaeHyung iba a hacer una reverencia, pero el hombre le extendió la mano para estrecharla.

El omega le vio curioso un momento. Se acercó directo y, sin vacilar, a pesar de saber de su poder—El gusto es mío. —Sonrió TaeHyung, estrechando sus manos. Los ojos del omega brillaron ligeramente cuando su poder se activó.

Vio un futuro del hombre como si lo estuviera observando a través de sus ojos. Este sostenía un bonito bebé de cabello plateado y ojos púrpuras. Su madre estaba al lado, hablándole al bebé, pero no podía escuchar lo que decía. Aún no controlaba bien su don, así que solo podía ver, pero no escuchar ni controlar qué partes de su futuro quería ver.

Alejando su mano, TaeHyung se quedó un poco aturdido. ¿Iba a tener un hermano? Notó a su madre observándole. TaeHyung solo sonrió un poco para tranquilizarla.

"¿No está un poco mayor para tener un hijo?" se preguntó el omega a sí mismo, ya que su madre tenía 40 años. Preocupado por la salud de ella ante un posible embarazo.

—Él es mi hijo, JungKook —dijo el hombre, señalando al chico tras de él, quien se acercó al fin. Este le había dado un poco de espacio a su padre para presentarse con el omega. Curioso, TaeHyung se inclinó un poco para verle. Lo había olvidado por completo, ya que no era él quien le importaba.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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