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𝔇𝔦𝔢𝔷 𝔪𝔢𝔰𝔢𝔰 𝔞𝔫𝔱𝔢𝔰.

El sonido de mis pasos hacían eco mientras caminaba por el pasillo que daba a la sala de ensayos. 

Estaba ahotadísima, no hacía mucho que había llegado a Corea de nuevo, exactamente hacía casi dos horas y lo primero que tuve que hacer al llegar; fue ir hacia el estudio para poder encontrarme con mis compañeras y comenzar a planear el comeback que tendríamos ese año. 

Mis vacaciones de un mes, habían terminado, para mi desgracia y ahora tenía que regresar a mi realidad que era el trabajo que tanto amaba y que tanto me había costado por tener. En cierta manera no me quejaba por regresar, después de todo, he extrado a mis amigas, pero también quise jugarme a la valiente en hacer un viaje de Nueva York hasta Seúl en un viaje directo, en el último día de mis vacaciones. 

Sí, la inteligencia no es una de mis cualidades. 

Así que, aquí estaba, veinticuatro horas después, por fin en la ciudad que me vio crecer, en mi agencia. 

―¡Kat! ―la voz chillona de Taylor nada más entrar a la sala de ensayos hizo eco en mis oídos ―. ¡Por fin llegas! 

Sonreí, estaba cansada, pero también la había extrañado. Es por eso que me dejé abrazar. 

―Hola, peque ―saludé. 

―Onní, ¿cuándo llegaste? ―esta vez fue Jiwoon quien se acercó a nosotras para también saludarme. 

Parpadeé un poco mientras miraba el reloj de mi muñeca ―. Hace dos horas. 

―Jo, gordi, estás loca ―se quejó Izumi cuando llegó a mí, también para saludarme. Me aproveché de que ella era la mayor de las cinco además de la más alta, para recargarme en su persona cuando me abrazó ―. ¿Cómo se te ocurre regresarte hasta el último día y desde el otro lado del mundo? 

Hice un mohín ―. Quería aprovechar mis vacaciones al máximo. Es la primera vez que nos dan un mes de vacaciones. Habían muchas cosas que quería hacer. 

―Muy irresponsable de tu parte, vas a terminar enferma ―me riñó la mayor mientras sus manos mágicas me hacían masaje en los hombros. 

―Venga ya, ya estoy aquí ―dije entre suspiros ―. ¿Qué es lo que haremos hoy? Espero que no nos muestren la coreografía aún.

A mis espaldas, escuché cómo algunas pisadas se acercaban a nosotras. Estaba segura que se trataban de nuestras mánagers. Aunque había sido Hana quien me había recogido del aeropuerto, ella ya estaba a nuestro lado y no había querido compartir mucha información conmigo. 

―Por el momento, solo les daremos parte de la agenda que tendrán en las próximas semanas ―comenzó a decir Mina mientras miraba la iPad de sus manos ―. Lo primero que harán mañana, es ver a Dohyung para que os muestre los samples de las canciones y así puedan comenzar a grabar.

―Por cierto, Kat, Suga me ha dicho que te avisara que quería verte ―me recordó Hana, haciéndome hacer una mueca de falso sufrimiento cuando me recordó de hecho, que tenía mensajes de Yoongi que no había respondido. 

Mina asintió ―. Puedes ir con él luego de que te tomen tus medidas, las demás deben seguir probándose la ropa.

Durante el tiempo que pasaba con las estilistas, en donde ellas me tomaban las medidas, saqué mi móvil y le envié un mensaje a Yoongi diciéndole que ya había llegado. Más que nada porque quería saber si estaba en su estidio ―que era lo más probable por la hora que era―. 

Lonely hearts club | ʲᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora