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Voy a empezar contigo el desayuno -dijo Noah, señalando a una de las chicas que tenía encerradas en el sótano.

La chica se retorcio intentando soltarse de la silla en la que estaba atada pero fue envano.

Noah se acercó a ella la desato pero aún tenía las manos atadas y estaba amordazada, la empujó hacia las escaleras obligándola a subir. Una vez ya en la planta de arriba, la llevo a la cocina y la empujó haciendo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo, entonces se acercó a ella.

Creo que este desayuno no te va a gustar tanto como a mí -le susurro él al oído mientras sonreía maliciosamente-

El SótanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora