βοήθεια...

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Todas en algún momento de nuestra vida nos hemos convertido en la consejera, refugio y hasta psicóloga de una persona, ya sea de nuestro círculo más cercano, un familiar, un amigo, un compañero que se acerca a ti y te cuenta que le sucede algo o simplemente tú lo deduces por que ha cambio en algo su forma y tienes esa vocecita que te pide ayudarlo; también en algún sitio divisamos a una persona triste de la cual no sabemos nada, porque la encontramos en un parque mientras su mirada estaba perdida en la nada, la chica que lloraba en los baños de la escuela, el señor que daba un show de ira sin sentido en la calle y sin saber la razón, nos acercamos a todas estas personas para tratar de saber que tiene, es una sensación extraña de querer contribuir un poco para que estén mejor, entonces tomas el valor y te sientas y empiezas una conversación, sin importar si esa persona te hará caso o no, la mayoría de las veces funciona y de un momento a otro están hablando como si se conocieran de toda la vida y pasa el tiempo y entre charla y charla, todo empieza a mejorar y al final esa persona te agradece, porque la ayudaste a distraer su mente de aquel momento estresante que tenía, combatiste su batalla interna in saberlo, espantaste sus miedo y alejaste sus demonios durante el tiempo que la escuchaste en silencio sin juzgar todo lo que te contaba, esa persona se retira feliz y tu estas allí sentada sintiendo felicidad y alegría, has realizado una bonita obra sin interés alguna, te ves como una heroína..

Pero que sucede cuando quien necesita ayuda es la única persona que no desea aceptar la tuya, aquella que no es capaz de decir, dame la mano, siéntate conmigo y escucha lo que tengo atasco en la garganta, eso que está martillando como locomotora en mi cabeza y no deja estar tranquila a mi alma, es irónico que seas la superhéroe de los demás, pero para ti sigas siendo la villana, que se levanta y al mirarse en el espejo, observa en sus ojos las batallas que estas librando por dentro, pero aun así alza la frente y se dice así misma, ya pasara en algún momento...

El ser humano se por si tiende a psicoanalizar, juzgar, observar y comprender las situaciones que suceden alrededor y busca desesperadamente una solución a dicho problema, ayuda a que sea aplicada y el resultado favorezca a quien padecía del problema, pero al mismo tiempo somos egoístas, nos sentimos vulnerables, cuando es el problema el que toca nuestras fibras y se desarrolla en nuestra propia piel, porque bien dice el dicho... hasta los doctore se enferman, pero aun así no aceptan que están enfermos...

Porqué psicoanalizamos y tratamos de ayudar al mundo, pero no permitimos que el mundo nos devuelva esa acción, cuando sucede nos sentimos atacados y cometemos errores, porque es más fácil ayudar a otros que a uno mismo.

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