ROMPECABEZAS

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Como cada parte de nuestro ser siente, piensa o actúa.

Somos seres impulsivos, ansiosos, temperamentales, actuamos por instinto, por ese sentimiento que nos quema por dentro. Muchas veces no sabemos cómo transitar esa angustia que nos desarma, nos desestabiliza, con esa que nos carcome y nos ahoga dejándonos estáticos como rocas, esperando que el sufrimiento termine.

Quizás, buscamos un refugio, una palabra de aliento en las personas equivocadas, esa contención que tanto necesitamos no está, nos dejamos ahogar en un mar donde flotan los prejuicios de aquellos que ven todo con un ojo crítico, donde brillan como estrellas en una noche oscura todas nuestras inseguridades. En ese mar, inmenso y temido por muchos donde se reflejan todos nuestros miedos, nos sentimos los seres más pequeños del universo.

Un día somos rojos. Muy rojos. Decididos, apasionados, con firmeza para pisar fuerte dejando una huella, y otros estamos teñidos por un azul melancólico que nos quita toda fuerza, que nos resta, nos apaga y nos devuelve a aquel mar lleno de miedos.

Hay días que no queremos sentir, porque hacerlo nos asusta y por eso nos retraemos, nos guardamos en un cofre ese sentir que nos desestructura, porque si lo liberamos le damos rienda suelta a nuestros miedos. Porque sentir da miedo.

Gracias a eso no somos libres, estamos atados, condicionados a como nos impusieron vivir. A vivir aburridos, sin sentir, sin arriesgar, sin analizar, viviendo en una estructura que nos aterra romper. Vivimos sin amarnos a nosotros mismos, dejando que un otro finja hacerlo, desde la fantasía , desde una idealización. Dándole el poder para que nos rompa, cuando en realidad ya estamos rotos. Rotos por dentro. Sin hacernos cargo, porque nadie quiere sentir ese dolor, ni transitar los colores más tristes. Pero en esas mezclas de azules melancólicos y rojos apasionados vamos a encontrar un nuevo color.

Al transitarlos uno por uno, a su tiempo, con pausas, con llanto, con detenimiento en cada detalle. Nos vamos a conocer. Cada pieza va a encontrar su compañera. Los colores van a seguir brillando, tal vez unos más que otros y cuando tengamos que sumergirnos otra vez por aquel mar, ya no nos sentiremos tan pequeños.

Vos, ¿realmente te permitís sentir?

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Gracias por llegar hasta aquí, no olviden votar y si quieren dejarme su comentario. Con amor y pasión, Mica.💚

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