|𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 14|

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NOTAS DEL CAPITULO:

No me odien? *o*

Yo las amo mucho mucho mucho mucho

En serio, tengo buenas razones

Y el capi es largo =D

Por cierto: Obi es el trozo de tela con el que se amarran los kimonos =D

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Y una vez más, Aoi se perdía, lo ignoraba como si nada.

Y Uruha se estaba molestando.

¿En que demonios pensaba Aoi? ¿Que podía ir y utilizar a Uruha cuando lo necesitara y ni siquiera preocuparse en las necesidades del castaño?

Esa fue la razón por la que casi un mes después, cuando ambos se quedaron solos en el estudio y Aoi se paró de su silla para colocarse detrás del castaño, Uruha no pudo menos que fruncir el ceño.

Por nada del mundo caería en las garras de Aoi.

Al menos no sin presentar un queja.

El castaño estaba tan concentrado en no caer en los enredos del pelinegro que cuando este colocó sus manos en sus hombros y se agachó hasta llegar a su oreja, respirando suavemente y enviándole escalofríos por todo su cuerpo, no puedo menos que sobresaltarse.

Y se odió a si mismo porque esa era la primera señal de que de hecho, comenzaba a caer. A pesar de todo, volvió a fruncir el ceño y se volteó para mirar al otro quien lo miraba sonriendo.

- ¿Qué? – Preguntó Uruha cuando pasó casi un minuto y Aoi no había dicho ni una palabra ni había dejado de sonreír.

- Nada – respondió el pelinegro, antes de volver a ponerse de manera que Uruha le diera la espalda y comenzó a recorrerlo con sus manos. El castaño comenzó a ponerse nervioso y se levantó de golpe. Aoi lo miró incrédulo - ¿Qué pasa?

- ... - Uruha no contestó. De repente no sentía el coraje de quejarse con Aoi. De repente parecía que estaba molesto por algo demasiado estúpido. Al fin y al cabo... ¿acaso no quería que Aoi le prestara atención? ¿Y acaso eso no era lo que estaba haciendo en ese momento? – en... en cualquier momento puede entrar alguien – murmuró Uruha lo primero que se le ocurrió para tapar su arranque.

- Eso nunca te ha detenido... - dijo Aoi riéndose y ahora pegando al castaño a una de las paredes. Uruha suspiró, Aoi tenía razón, pero en ese momento quizás debido a la molestia que tenía minutos antes con el mayor no se sentía cómodo.

- Ahorita no quiero – trató de alejarse de la pared, pero Aoi volvió a pegarlo fuertemente a esta.

- Ese no es mi problema princesa... -

- ¿princesa? ¿por qué le dices así? – la voz de Reita se escuchó por detrás de ellos. Ambos guitarristas se miraron a los ojos y Aoi podría jurar que jamás había visto tanto pánico en una expresión – un momento... ¿Por qué lo tienes así?... ¿¡Están peleando otra vez?! – dijo con fastidio. La expresión del castaño se suavizo. Uruha agradeció en ese momento la brusquedad que tenía el pelinegro cada vez que lo trataba. Reita se acercó y alejó a Aoi del castaño, y se quedó entre ellos. Ambos guitarristas siguieron mirándose el uno al otro, asustados. Reita se volteó mirando al guitarrista pelinegro de frente.

- No... no estábamos peleando... exactamente... Uruha, no estuvo de acuerdo con algo que dije...y...bueno... - el bajista lo miró alzando una ceja, Aoi no parecía decir la verdad.

Expectation For His Kisses -the GazettE/Yaoi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora