Desperté.
Estaba bañada en mi sudor. No había podido dormir lo suficiente. De hecho, no estoy segura si dormí algo. Me pase la mayoría de la noche pensando en el chico de ayer, Ruben. Fue bastante lindo y, la verdad, sentía que ya lo conocía. Era una sensación que me traía un destello a mi vida. No recordaba nada, debido a mi amnesia "temporal", pero sinceramente me había comenzado a preocupar, ya que para estas fechas ya debería de saber por lo menos el nombre de mis padres, pero aún así no conseguía nada. La detective Lutz y mi doctor ya sabían todo sobre mi, pero habían decidido no decirme hasta después de unos cuantos meses, para probar que era temporal mi amnesia, si no resultaba, me lo dirían todo. No entendía mucho de mi, había cosas o palabras que me llevaban a un sentimiento. Como si mi subconsciente me diera una patada en la cara diciéndome que esta frente a mi la respuesta.
Cuando escuché a Rubén, noté que no era del todo español, lo que me causó un poco de intriga. Cuando lo vi, me asombre por su altura. Y, cuando me sonrió... Ahí fue donde no comprendí la sensación que me daba. ¿Ya lo conocía? ¿Lo había visto antes o después del accidente? ¿Era paciente de aquí? ¿Me conoce?
Todas esas preguntas, traté de responderlas. No pude. Mi amnesia era más fuerte que yo. Tendría que esperar. Pero no quería esperar.
Bajé de la cama y fui a recepción. Una mujer de color escribía en un ordenador. Estaba distraída, asi que tuve que toser para llamar au atención. Cuando hube "tosido", alzó su cabeza y me miro de arriba a abajo. Me aclaré la garganta.
-Disculpe, no era mi intención... Ejem, como sea. Quería saber si es posible que me dieran algo de ropa para bañarme.- sonreí. La mujer se levanto de su silla y camino hacía un cuarto. Cuando regresó, traía una bata como la que llevaba puesta y unos zapatos azul cielo. Me los extendió y con una sonrisa le dí las gracias.
Regresé a mi habitación y me metí al baño de aseo. Estando en la ducha pensaba en como decirle a Rubén lo que sentí cuando lo vi, pero temo a que se asuste o se crea que soy una obsesiva loca acosadora de chichos que apenas conozco. Salí del baño, me sequé, me vestí. Me cepille los dientes y el cabello. Necesitaba que esto fuera lo más normal posible.
Me vi en el espejo.
Pff..
Normal, si claro... Mi cabello estaba mal cortado, debido a que tuvieron que coserme un par de heridas en la cabeza. Mi cara aún tenía leves moretones y tenia unas ojeras que parecían ya parte de mis ojos. Suspiré.
Espere todo el día a que diera la hora para encontrarme con él y cuando al fin había llegado, estaba nerviosa.
salí de mi habitación hacia la maquina de golosinas y ahí estaba él. Parado en frente de la maquina con un gansito en la mano. Sonreí.
- Viniste.- dii un pequeño suspiro.
- No quería romperte el corazón.- sonreímos. Se me quedo viendo un momento y yo también entonces miro sus manos, yo seguía viéndolo a los ojos
-Toma, esto es para ti. Me dijiste que aún no te dan dinero, y no quería que te amargaras, así que... Ten.- me tendió la mano con el gansito en ella. Seguía viéndolo a los ojos y él ahora me veía a mi. Finalmente baje la mirada para observar donde se encontraba el gansito, y lo tome. Mis nudillos rozaron suavemente la palma de su mano, y como por acto reflejo movió un poco sus dedos. Sonreí.
- Vaya.
-¿Qué, qué pasa?- le pregunté con el ceño fruncido. Sonrió mientras negaba la cabeza y miraba hacía abajo.
-Nada, es solo que... No recordaba que era así de linda tu sonrisa.- me sonrojé. Rubén, me ponía nerviosa. No sé que pasaba conmigo y él, pero era algo importante.
-Ya...
-Bueno... Vamos.- me extendió una mano y la señaló con su cabeza.
-A, ¿A dónde?...- me miró un segundo y con voz de un cómplice me dijo
-A mi lugar secreto.- reí y tomé su mano. Me miró un momento, luego a nuestras manos entrelazadas, las apretó y sonrió.
-Ven corre.- Me jalo de la mano y me condujo hasta el elevador, presionó el último botón y el ascensor comenzó a subir. En el ascensor seguíamos tomados de la manos, me intente sacar, ya que comenzaba a sudar mi mano y me dio algo de pena, pero cuando lo intente él la apretó fuerte. Lo miré sorprendida, el seguía con una sonrisa en el rostro viendo la puerta del ascensor. Miré a donde miraba y nos descubrí. Rubén y yo aparecíamos en aquella puerta y estábamos tomados de la mano, sonrientes.
-Nos vemos bien juntos.- reí. Le iba a responder, cuando sonó el ascensor.
Rubén me miro con ojos divertidos y sonrisa de travieso.
-Nuestro destino.- la manera en que lo dijo hizo que me diera un vuelco el corazón. Una promesa, a eso sonó. Una promesa de los dos.
de nuevo me llevó, pero esta vez hacía fuera.
-Wow.- fue lo único que se me ocurrió. La vista era hermosa. La ciudad de Madrid comenzaba a iluminarse y el sol apenas comenzaba a bajar.
-Justo a tiempo.- dijo Rubén. Me volteó a ver y con una sonrisa e inclinación de cabeza me indicó la dirección.
Llegamos a el borde del edificio y recargamos nuestras manos en la barda, ahora ya libres la una de la otra. Soli podía contemplar la majestuosidad de aquella vista. Me producía una sensación de alegría, que llenaba un poco el vacío de la amnesia.
-Es hermoso... ¿No?
-Vaya que si.- lo voltee a ver y me dí cuenta de que él me estaba viendo.- ¿Qué? ¿Qué pasa?- reí por la incomodidad.
-Eres hermosa.- me sonrojé. Lo miré a los ojos. Se acercaba cada vez más, apretaba mis puños un poco por los nervios, estaba a poca distancia de mi.
-Me gustaría conocerte más, ____.
Me alejé.
Esto pareció sorprenderle a Ruben. Enderezándose con el ceño fruncido y algo decepcionado dijo.
-Lo siento, he ido muy rápido. Pensaras que soy gillipollas. No debí. Lo siento.- se mordió un poco los labios.
-No, no es eso... Bueno si un poco, pero, no tienes la culpa, eso solo que... Argg.- me sentía frustrada. No sabía como preguntarle aquello. Rubén me miraba aun con el ceño fruncido, así que me armé de valor.
Ruben esperaba mis próximas palabras y se sorprendió por ellas.
-¿Te conozco?
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Destinados. (Ruben y tu).
Fiksi Penggemar_____, es una criaturita que se va a vivir a Madrid con su abuela, pero en un trágico accidente se queda sin memoria, olvidando al Rubius... O eso parece.