CAPÍTULO 24

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Pov. Hermione

Volvimos muy desilusionados de Hertford por no haberla encontrado. Aunque yo seguía sin poder quitarme de la cabeza la escena que habíamos visto en el sótano. No quería imaginarme lo que debía de estar pasando Aria, simplemente de tan solo pensarlo hacía que quisiera llorar.

Al llegar al castillo no quise hablar con nadie, ni siquiera con mis hijos, solo quise ir a mi habitación para poder llorar todo lo que no había llorado mientras veníamos. Les pedí a los chicos que les dijeran lo que había pasado a mis hijos, obviamente sin mencionar nada de que habíamos encontrado el lugar dónde habían estado torturando a Aria.

Me senté en nuestra cama y saqué los dos collares de mi cuello, los había unido formando el puzle completo, así tenía a mi esposa cerca de mí. Besé ambas piezas, deteniéndome más en la que siempre lleva Aria.

̶ ¿Cómo podré encontrarte? ̶ susurré cerrando fuerte los ojos de rabia.

̶ ¡Mami! ̶ exclamaron mis hijos entrando a la habitación.

̶ Los tíos nos lo han dicho todo... a Sirius y a mí también nos han dicho lo del sótano ̶ explicó Rose susurrando la última parte.

̶ ¿Estás bien? ¿Podemos hacer algo por ti? ̶ preguntó Dylan.

̶ Solo quiero encontrar a vuestra madre, no quiero nada más ̶ murmuré y no pude evitar volver a llorar tapando mi cara con las manos ̶ yo... la necesito.

Inmediatamente sentí a mis hijos envolverme en un abrazo consolándome. Todos lo estábamos pasando muy mal por el secuestro de Aria, ella es una pieza fundamental de la familia. Había tratado de ser fuerte por mis hijos, pero no podía más, no después de tantos días buscándola y de la escena del sótano. Simplemente ya no aguantaba más siendo fuerte porque quizá estaba la más rota de todos.

̶ Tranquila mami, vamos a recuperar a mamá ̶ aseguró Sirius ̶ la buscaremos hasta que no quede un solo lugar en el mundo por buscar.

̶ Vamos a estar contigo mami ̶ añadieron los gemelos a la vez.

Después de pasar varias horas juntos consolándonos mutuamente, los chicos se fueron al Gran Comedor para cenar. Yo no tenía hambre, hacía días que no comía bien porque todo lo que comía lo vomitaba.

Mis amigos me obligaban a comer algo, pero no siempre podían estar allí para vigilarme. No veía un futuro sin Aria sinceramente. Es lo mismo que cuando creí que estaba muerta durante la batalla de Hogwarts, es el mismo miedo de perderla y la misma sensación de quizá no poder volver a verla más.

Me preparé para acostarme, para dormir me puse la sudadera de quidditch de Aria de cuando estudiábamos en Hogwarts. La sudadera tenía un hechizo con el cual creía conforme tú crecías, así que la iba a conservar para siempre. Seguía teniendo su olor y así tal vez podría dormir un poco después de varios días sin dormir apenas. Con la sudadera me sentía segura, como si Aria estuviera aquí abrazándome como lo hace todas las noches.

Me tumbé y cogí el primer libro que vi para tratar de leer un rato, pero lo dejé en seguida en la mesilla, la verdad es que no tenía ganas ni de leer. Esta situación me tenía totalmente desesperada. Al cerrar los ojos, traté de dormir, pero entonces, una luz entró a la habitación por la ventana. Abrí los ojos y vi el destello con forma de... ¿nutria?

̶ Hermione ̶ escuché su voz y sentí mis ojos volver a humedecerse ̶ estoy en el Epping Forest, no sé en qué parte, pero... está muy lejos de la entrada del bosque... Hay... dos mortífagos vigilándome, no son muy peligrosos... pero tened cuidado, podría... podría estar Lucius... y tened cuidado... con... ella...

No me importa la sangre (2ª parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora