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Las hojas secas del otoño viajaban en el aire del oscuro cielo, esa noche nacieron tres cachorros, un 4 de Octubre a las 22:07 pm, eran dos machos y una hembra, el mismo pelaje de su padre y sus mismos ojos, pequeños limoncitos para JongWoo

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Las hojas secas del otoño viajaban en el aire del oscuro cielo, esa noche nacieron tres cachorros, un 4 de Octubre a las 22:07 pm, eran dos machos y una hembra, el mismo pelaje de su padre y sus mismos ojos, pequeños limoncitos para JongWoo. Al tiempo que los pequeños llegaban al mundo a inicios del bosque en el distrito de Gwangjin-gu se encontraban cinco personas, tres de ellas heridas y dos armadas.

Una mujer de cabello rizado, ancha y con una cara risueña, sostenía los rojizos cabellos de un chico medio sordo y herido de bala en el brazo.

- ¿Éste es tu hijo? - Preguntó la mujer a su acompañante de lentes quien le había disparado en la pierna al mayor de los otros tres.

- Le dejaré ese título a Kang SeHun.

- Ya veo. - La mujer arrastró al muchacho que se quejaba por el dolor.

El híbrido de perro quien tenía una herida en la frente debido a un golpe con una de las armas, gruñó enseñando sus colmillos.

- Quieto, perrito - Dijo la mujer -. Sé un buen chico si no quieres que tu amado dueño estire la pata aquí y ahora.

- ¿Por qué estás libre? - Kang preguntó, presionando su pierna que también tenía una herida de bala, su mareo se había desvanecido con la adrenalina que llenó sus venas.

- ¿Yo? - La mujer se apuntó a sí misma - Completé mi condena, ¿no llevabas la cuenta, querido?

- Deja a los niños en paz.....

- ¿Por qué? SeokYoon-ssi ni siquiera es tu hijo, es de Hong NamBok aunque no le guste la idea a ninguno.

Kang sintió la sangre hervirle, Hong NamBok era quien en verdad le había arruinado la vida entera, desde la preparatoria, jamás debió haberlo conocido, pero a veces el destino jugaba partidas muy extrañas, revueltas y hasta injustas.

- Yo fui quien lo crió, quien lo amó y vio crecer.

- Exacto, mujer - NamBok se cruzó de brazos -. Fue mi decisión renunciar a ese niño.

- ¿Aún sabiendo que es lo único que te queda de Areum-ah?

Punto débil.

- ¿Lo únic.... no digas estupideces, ese engendro la mató.

- Pero también es parte de ella.

El pobre SeokYoon, de quien discutían, sufría ante los jalones de cabello que esa mujer daba, no podía zafarse por más que quisiera, ella era muy fuerte y además no le gustaba el tema del que hablaban.

- Por favor.... déjenos ir... - Suplicó el menor.

- Pir fivir dijinis ir. - Se burló BokSoon.

SeokYoon estaba sangrando la herida de la bala, quemaba como si llamas abrasaran su brazo, la mujer lo soltó, dejándolo caer al suelo con fuerza, las orejas de GiHyeok bajaron por miedo.

¡Hey, You! Lemon EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora