Mi Presa, Mi Conejito, MI Denki

Capitulo 12

Gracias a ese sueño húmedo volvió el deseo de acosar a Denki nuevamente y ése pequeño lapso pasajero de progreso en su cercanía se esfumó como el agua. No había ya no existía nunca más.

En la mañana siguiente del domingo cierto blonde no quería levantarse, me dolía el trasero, sentía mucho dolor al intentar sentarse.

–Se pasaron conmigo, no vuelvo a dejar que me lleven al doctor– dijo aún acostado viendo hacia su armario, era fin de semana y no podía salir, pero tampoco podía quedarse en su habitación todo el día.

–Hay! No me quiero parar– dijo removiendo se entre las sábanas –cinco minutos más.

Dijo para volver a acomodarse, pero unos toques a su puerta lo interrumpieron.

Ya ni dejan fingir dormirse agusto.

Por lo que tuvo que levantarse y abrir la puerta encontrandose con kirishima.

–¡Hola Kaminari!– saludó muy alegremente –¿Cómo amaneciste?, ¿Mejor verdad?.

El cuestionado hico cara de cansancio.

–¿Te parece que estoy mejor?, ¡Me duele el trasero y todo por su culpa!.

–Ya no te enojes así, mañana vas a la escuela con nosotros– dijo meneando su cola.

–Si, pero me duele el trasero y ¿eso quién me lo quita?.

El pelirrojo parce haberse puesto a pensar, no sabía mucho, pero creía recordara que no podían tomar una pastilla para el dolor puesto que era mucho medicamento. Pensó unos minutos y finalmente se rindió.

–No lo sé, quién sabe si alguno de nuestro salón conozca algo.

–¿Qué?! No, no les preguntes ¿Cómo vas ir a decirles "oye no sabes de algún remedio que quite el dolor de trasero por una inyección, es que mi amigo lo ocupa"?– dijo arrendando la voz de kirishima.

–Pues, no exactamente así,  pero– tiene razón, ¿Cómo les voy a preguntar qué les voy a decir? –, tal vez, le pregunte a Momo, creo que es buena opción.

–No, Momo no, porque va a decir que para quién es y luego si le dices va a venir y va a empezar a hacer preguntas y es incómodo.

–¿Y entonces?

–Yo no sé, ustedes arreglenlo, ustedes lo ocasionaron– dijo echándose para atrás.

–Bueno, intentaré venir con la solución antes del almuerzo.

–Si gracias– dijo sonriendo ante sus palabras.

Ciertamente no podía enojarse mucho con ellos pues los quería así como ellos a él.

Hay, no puedo enojarme con ellos. Pensó para si mismo mientras soltaba un suspiro. Es más creo que exageré con mi actitud infantil. Comenzó a sentir un poco de remordimiento por su comportamiento, hasta que se le ocurrió algo. ¡Ya sé! Les haré algo y les daré la sorpresa en la noche.

Bien, ahora tenía un remedio para ese pequeño berrinche que había hecho.

Después de un rato llegó kirishima, pero con Yaoyoruzu.

*Tock, tock, tock*

¿Mm?,¿Quién será?. Fueron los pensamientos que cruzaron la mente del rubio antes abrir, pero se sorprendió de ver a su amigo canino con su amiga felina parados frente a él.