Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]

"00:00" drabble

A mi Yoshi, porque aunque no leerás esto, siempre quisiste que te dedicara una historia. Espero logres sanar en un futuro no muy lejano.

—¿Estás lista, snowflake?— Jack extiende su mano a Elsa que ha terminado de atar sus patines, se ve insegura, nerviosa.

—Eso creo... hace mucho no patino, menos en un lago.

Frente a ellos, el cuerpo de agua congelada se derrama como una fulgorosa lágrima de la tierra. La escarcha sobre la capa de hielo se ve preciosa, traslúcida y goteante; Elsa piensa en felicitar a Jack por su trabajo ese invierno, se lució.

—Descuida, te tengo, ¿ves?, es sencillo— él es el primero en dar un paso sobre el hielo, luego otro, y ya está preparado para recibirla y patinar juntos.

—Es fácil para ti decirlo. Has jugado hockey por años, ¡te la pasas en el hielo!— a pasos vacilantes, ella se acerca al límite que hay entre la tierra y el hielo, toma las manos de su novio aún sin atreverse a entrar.

—¡Tú igual!

—No,— contraría, aceptando que Jack la jale despacio hasta que siente la resbalosa superficie bajo su oscilante cuerpo —yo produzco hielo, no estoy en él.

Jack se encoge de hombros.

—Es casi lo mismo,— esa sonrisa suya se extiende en sus labios haciéndole temblar las rodillas a Elsa, podría morir viendo lo preciosa que es —¿lo notas? ¡Ya lo estás dominando!

De repente Elsa se había perdido en la seguridad y las mariposas que Jack le hacía sentir, y dejó que su cuerpo se familiarizara por completo con lo que hace años no realizaba; ahora tenía equilibrio propio y se agarraba de los brazos de Jack por puro capricho. Amaba tocarlo, amaba estar cerca de él.

—Tal vez... aún así, no me sueltes, por si acaso— murmura con el sonrojo delatandole en su mentira. La sonrisa de Jack se ensancha, mas no dice nada.

Es cuestión de minutos para que ambos tengan la suficiente voluntad de separarse y jugar a cierta distancia, ella intenta recordar las piruetas que le enseñó a Anna alguna vez y él la anima, parado en su lugar. No puede evitar pensar en lo de siempre, en que Elsa puede ser la mujer más hermosa que alguna vez haya visto en su vida. Pensar en Elsa como el amor de su vida no era muy difícil, con ella se sentía completo, no había nada que pudiesen ofrecerle que a él le deslumbrara teniéndola a ella. Elsa lo era todo. Así que el alma se le cayó a los pies cuando ese nefasto sonido que aún lo perseguía en sus noches más oscuras, dejó de ser una pesadilla y se materializó fuerte y claro en sus oídos.

El hielo quebrarse.

Elsa también lo escuchó y quedó paralizada, con los ojos clavados en las grietas que se extendían como tentáculos a su alrededor.

—Jack...

Y como en un deja vú, un cruel deja vú, Elsa lo llama por su nombre con los mismos ojos que Emma. Desesperada por consuelo, por protección. No podía pasar de nuevo, no a él, no a ella, no a ambos. Seguiría el libreto, pero cambiaría el final.

Jack entreabre los labios temblorosos para pronunciar las palabras que esperó jamás repetir:

—Descuida, todo está bien. Mírame... sólo quédate donde estás.

El tiempo se le acababa, el agua se colaba entre las placas de hielo y si no se movía rápido, algo realmente malo ocurriría... de nuevo. Se obliga a regresar a Overland, al lago con su hermana y respira profundo pensando en los tres pasos que dio aquella vez. Sería mucho más difícil, pues Elsa no era una niña, ella comprendía el peligro que la rodeaba incluso si él se esforzara en decirle que es un simple juego; tampoco tenía su cayado a la mano, desde hace un tiempo lo deja en casa y pocas veces lo saca.