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Hace poco se reanudaron algunas actividades de manera presencial. Para muchos fue un gran alivio, pero a mí no me hiso mucha diferencia. O eso fue lo que creí cuando mi hermano y yo empezamos a asistir a la secundaria de manera presencial, pues me ayudó mucho, sobretodo porque ahora que hago ejercicio y otro tipo de cosas ya no he estado tan seria como antes. Ahora, cuando canto, ya no me cuesta trabajo, incluso a veces me sorprendo a mi misma con el vozarron que me cargó -notese la pequeña risa añadida-. He estado feliz, sigo siendo sería, fría, seca y un poco sarcástica con personas que conozco y las cuales les tengo cariño, pero ya no es tan intenso como antes.

Tal parece que la vida social si le afectan a algunas personas. Pero, a veces, me siento orgullosa por mi falta de sentimiento en algunas ocasiones, lo que me hace llegar a pensar en una frase de otra serie que me gusta mucho ver: "Lo bueno es que soy insensible" [Perdidos en el espacio]. A veces el ser insensible para otros es un defecto o algo que no sirve para nada porque te reprime de algunas actividades sociales y sentimentales, pero yo digo es una gran ventaja en muchas situaciones. Sobretodo porque aprendí a diferenciar cuando alguien es sarcástico, está diciendo alguna mentira y, también, cuando alguien tiene malas intenciones contigo.

No todo lo que digo, escribo o pienso es inteligente, pero lo que si sé es que solo son opiniones que tarde o temprano cambiarán a personas, cambiarán puntos de vista o que cambiarán la forma de ver la vida. Porque asi fue conmigo.

Durante la pandemia me deje influenciar mucho por los puntos de vista ajenos haciendo que en determinado momento llegue a pensar casi idéntico a como piensa la gente común, pero mis padres no tienen en cuenta esto y tampoco lo saben. Sobretodo porque no lo saco a relucir tanto.

Hace poco una persona quizo saber sobre mi vida, pero yo detesto hablar de mi, así que lo único que le dejé es que mi vida es aburrida. Y, si lo pensamos bien, lo es.

Soy una niña de dieciséis años que ama leer, escribir y comentar en una aplicación naranja. No hago mucho en todo el día más que comer, dormir, esperar la llegada de sus padres a la casa, aguantar las tonterías de su hermano menor, hago la poca tarea que me dejan, etc, etc. Pero no es nada fuera de lo común.

Dice que le desperté la curiosidad de mi vida, pero la verdad yo odio hablar con ella. Sobretodo porque no tiene una buena reputación.

¿Ya les mencioné que dentro de poco se estrenará una nueva temporada de dos de mis series favoritas? Probablemente ya lo sepan porque son las más mencionadas en las redes sociales y en toda persona que ame ver esas series.

Yo... Solo soy yo en mi vida.

Igual que todos nosotros. Pues, aunque pretendamos ser alguien más, siempre somos nosotros mismo solo que tratando de igualarnos a alguien que está por encima de nosotros, a nuestro nivel o por abajo. ¿Qué importa lo que los demás piensen? Yo trato de no hacer que eso me defina, pero cuando lo hacen mis padres y se dejan llevar por lo que los demás dicen y no por lo que tú les dices es más difícil. Odio que sea así, pero, al final, nuestros padres acaban comparandonos con alguien que a veces odiamos o que no conocemos. Nos hacen sentir menos preciados. Y no importa si al final dicen que no lo hacen con la intención de compararnos con nadie, lo terminan haciendo.

Un día mis padres me regañaron y me dijo mi papá de forma hiriente, no directamente, que estaba decepcionado de mi. Se lo comenté a mi mamá y lo único que me dijo fue: "Es que es el papá". ¿Qué importa que sea mi papá? Él no tiene derecho de hacerme sentir mal por hacer lo que me gusta y por hacer mi mayor esfuerzo cuando mi cabeza me llena de pensamientos negativos. Viviendo en una pesadilla mental cada día de mi vida.

No sé si alguien más piense de igual, distinta o similar manera que yo, pero esto solo son opiniones que yo tengo acerca de la vida y lo que pasa a nuestro am rededor.

No sé cómo es la vida de muchos, pero trato de entender por el dolor que muchos suelen pasar.

O solemos pasar porque incluso cuando yo o mi familia pasa por algo que luego yo no entiendo, trato de ser humilde -o como se diga- y de comprender cómo se sienten los demás. Sobretodo porque luego no siento nada. Me dejó llevar en donde siento las emociones, como la emoción, la alegría, la tristeza, el enojo, los celos. Pero cuando no siento nada en ningún lado, para mí es como si no sintiera nada.

Ahora, es como en una película que vimos y mencionaron una frase con la que me sentí identificada: Tiene el don de la indiferencia. Ya lo había mencionado en un comentario de una historia, prefiero ser una minicopia de Cinco Hargreeves y estar completamente loca como él a ser una niña afeminada que no aguanta ni un pequeño insulto respecto a su cuerpo o a su ropa, o cabello, o maquillaje.

Sé que ya lo había mencionado antes, pero me da mucha rabia saber que todos esperan que luzca y actúe como una señorita. No soy una señorita ni una princesa, solo soy una chica que trata de cumplir con sus metas y objetivos en la vida, tratando de hacer que mi mente no me afecte, que los comentarios de los demás no influyan en mi, tratando de encontrar mi vocación y mi personalidad.

Yo solo soy yo. No me voy a vestir con faldas, tacones, miniblusas y tapizada de maquillaje todo el día, todos los dias. Y si eso es lo que esperan de mi, entonces prefiero que alguien me asesine porque preferiría a estar muerta que parecer un payaso que pueden violar en cualquier momento y que no van a escuchar porque dirán que fue mi culpa.

Lo admito, soy feminista porque trato de hacer que los hombres vean de lo que realmente somos capaces de hacer las mujeres sin su ayuda y haciendo valer esos derechos que mujeres del pasado se esforzaron tanto por obtener para nosotras las del futuro.

Lo admito, no soy cien porciento heterosexual y eso se me nota por cómo me visto y me comportó, eso no debería ser ninguna sorpresa para nadie. Ni siquiera para mi madre o mi padre.

Lo admito, soy distraída, enojona, lenta y una loca maniática que no siempre sabe lo que hace como en este momento, pero no es necesario que siempre se fijen eso. Agradecería mucho que se fijen en el don que tengo con los idiomas, en controlar y llevarme bien con los niños, en lo bien que canto, en lo rápida que soy cuando me piden que corra hacia un lugar.

¿Por qué la gente se fija tanto en los defectos de uno? No somos robots ni clones como para que se figen en esas cosas y le pidan al fabricante: "Oiga, este clon tiene un defecto, ¿se lo puede arreglar?". No. Solo somos personas tratando de vivir nuestra propia vida. Algunos tienen enfermedades, otros no. Algunos tienen familia, otros no. Algunos tienen talentos especiales que casi nadie puede ver seguido, otro no.

Todos somos diferentes a nuestra manera, ¿por qué igualarnos o compararnos con gente que no siempre puede valer la pena?

La rara de la familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora