❝ Capítulo III ❞

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La mañana del domingo había llegado, eran al rededor de las 9:00 AM y la cafetería de los Tweak estaba comenzando a abrir como muchos otros de los locales del pueblo.

El rubio se encontraba limpiando nuevamente las mesas y la barra mientras que su novio-que ante la ausencia de su compañero se había ofrecido a ayudarle hasta que regresara-se encontraba moliendo café y asegurándose que todo estuviera en orden para dentro de poco ser él quien se encargara de atender y cobrar. Sin percatarse, el rubio abrazó al pelinegro por la espalda.

-¿Sucede algo, honey?-preguntó acariciando con su pulgar la manito del contrario.

Lo sintió negar.-Es sólo que me preocupa Stan...¿Estará muy enfermo?

-Posiblemente, si no ha regresado es porque es así-mencionó recordando aquel mensaje.

Se giró para poder abrazar al rubio y besar dulcemente su frente, aprovechó también en acomodar algunos mechones de cabello.

-Estoy seguro que volverá pronto, ¿Quieres ir a verle o llamarle para estar más tranquilo?

Rápidamente el rubio negó.-No...podríamos contagiarnos, además, necesita descansar y estar tranquilo.

El pelinegro sólo asintió ante sus palabras.

Ambos se separaron y salieron de su pequeña burbuja cuando la campanilla sonó, Craig fue a atender mientras que Tweek sólo comenzaba a saturar su mente con mil ideas de lo que podría estarle pasando al ojiazul.

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Eric había bajado a la cocina por el exquisito olor de waffles recién hechos, al ver a su madre le avisó que sus dos queridos amigos también les acompañarían en el desayuno; a la castaña no pareció importarle mucho pues para ella era un gusto cocinar para los amigos de su pequeño.

El castaño subió nuevamente a su habitación, al abrir la puerta lo primero que encontró fue a Kenny sentado en el saco de dormir al lado de su cama y con un celular en sus manos, por si fuera poco, el aparato estaba timbrando y él parecía no tomarle importancia.

-¿Porqué no contestas?

-Es el celular de Stan...y quién llama es su madre...¡No sé qué decirle!

Rodó los ojos y tras indicarle que se lo diera suspiró y tomó la llamada.-¡Señora Marsh, buenos días! ¿Stan? Aún está dormido al igual que Kenny... Oh sí, verá, como no hemos podido hablar en un buen tiempo ayer los invité a pasar la noche acá y bueno, olvidamos avisarle... Si, verá, como ya teníamos los permisos no creímos que habría problemas... Nos desvelamos jugando y ayudando a Kenny con su tarea, por eso aún sigue en el quinto sueño... Oh sí, no se preocupe, le enviaré una fotografía como prueba y a la siguiente le avisaremos y pediremos permiso con anticipación... ¡Adiós, que tenga buen día!

El rubio lo miró entre confundido y sorprendido-¿Enviarás una foto?

-Así es, ahora acuéstate como Stan.

El pelinegro seguía durmiendo y parecía no darse cuenta y ni siquiera sentir un poco todo lo que sucedía ahí, ambos habían llegado a pensar que había muerto pero sus ronquidos y movimientos habían terminado de calmarlos y de hacerles ver que esa idea era errada.

Eric se sentó nuevamente en su cama y levantó un poco el celular para poder tomar una fotografía de él y los chicos de fondo, una vez que obtuvo lo que necesitaba envió la fotografía al chat de la madre del pelinegro.

-El desayuno estará listo dentro de poco, tú y Stan deberían ducharse y arreglar sus asuntos-mencionó llamando la atención del rubio.-Pueden usar mi baño y algo de ropa sólo por esta vez, los esperaré abajo.

𝑫𝒆𝒂𝒅𝒍𝒚 𝒔𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora