CAPITULO 38: Camino a la oscuridad

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La casa principal del clan Uchiha estaba vacía, no sabía a ciencia cierta porque, pero le alegraba que no hubiera nadie, no quiería obstáculos, arrepentimientos, nada. Sasuke estaba decidido a abandonar Konoha e irse con Orochimaru en busca de ese ansiado poder. Salió de su casa y se encanimó hacia la salida de la aldea, se detuvo, levantó su cabeza para ver el ciel, observando la luna perfectamente dibujada. Hermosa, algo le decía que no la contemplaría muy a menudo y con tranquilidad en el futuro. Siguió su camino cuando de pronto, cerca de la salida, se encontró con una silueta familiar viéndolo.

La desesperación los dominaba, Itachi y Emiko, al igual que los padres del joven, estaban buscando a Sasuke por toda la aldea, no hubo tiempo de explicaciones, lo más importante era encontrar al chico.

El joven matrimonio estaba a punto de salir en búsqueda del menor de la familia, cuando fueron detenidos por Mikoto.

-¿A dónde van a estas horas?- Les dijo la mujer, en cuyos ojos se notaba una severa preocupación.

-Vamos a buscar a Sasuke- Dijo Itachi repentinamente. Mikoto miró a su hijo a los ojos, y Emiko pudo evidenciar que ella entreveía que algo malo ocurría con Sasuke, no era tonta.

-Algo está mal con tu hermano, ¿verdad?-

-Mamá. Sólo puedo decirte que tenemos que buscarlo- Mientras él hablaba, Fugaku apareció y exigió saber que ocurría -Tenemos que encontrarlo, antes de que cometa una tontería-

-¿Porqué dices eso?- Reprochó su padre -¿Qué le ocurre a Sasuke?-

-Les explicaremos todo una vez que encontremos a Sasuke- Dijo Emiko a sus suegros -Por ahora hay que buscarlo. Como dice Itachi, hay que evitar que haga una estupidez- Dijo firme la chica.

Tras ese pequeño intercambio de palabras, la familia Uchiha se encaminó a buscar, solamente los 4, a Sasuke. Emiko e Itachi sabían que tendrían que dar muchas explicaciones a los mayores, entre ellas porqué ocultar que un criminal como Orochimaru estaba detrás de Sasuke, pero ya encontrarían la manera de hablarlo. Ahora sólo importaba encontrar al chico y evitar a toda costa que se uniera a esa serpiente.

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Estaba firme en su decisión, haría un último intento para evitar que Sasuke se entregara a la oscuridad apelando a lo más puro que tenía, sus sentimientos. Lo vió llegar hasta ese sendero, junto a una banca y lo observó, ambos se miraron hasta que el pelinegro habló.

-Ya es tarde para que estes afuera-

-Eso no importa. Este camino lleva a las puertas de la aldea-

-No te interesa. No te metas en mis asuntos- Estaba siendo duro.

-Tu...nunca me dices nada, Sasuke. Siempre estás callado- Dijo ella empezando a sollozar.

-Intenté ser normal, tener una vida normal. Pero simplemente no puedo, no puedo ser optimista como tu y Naruto. No puedo disfrutar una idílica vida viendo como mi clan es despreciado en la aldea, ser la sombra de mi hermano, de todos, eso es algo que nunca entenderán- Dijo fríamente Sasuke.

-¡Por favor!- Exclamó la pelirrosa -¡No te vayas! Yo te amo tanto, soy capaz de cualquier cosa por ti, incluso seguirte, pero por favor, Sasuke, no me apartes. Te voy a dar toda la felicidad y el amor que necesites- Dijo esto último llorando. Lo cual lo desarmó por completo, ella era...pura. Blanca. Él estaba dispuesto a aceptar la oscuridad con tal de hacerse fuerte, era negro. Siempre supo que esos sentimientos que comenzaron a florecer en su interior no lo llevarían para ningún lado, y estaba comprobado. No podía estar con ella, por más que la quisiera. Sakura no era para él. Rápidamente apareció detrás de ella, respirándole en su nuca.

-Sakura....gracias- Le dijo simplemente y le dio un ligero golpe en el cuello, lo suficiente para ponerla a dormir.

-Sasuke- Susurró la chica mientras perdía la conciencia. La tomó en sus brazos, y la dejó de forma amable en el banco, le acarició con su mirada el rostro, sabiendo que probablemente nunca volverían a verse, y que si lo hacían, quizás no tuvieran el mismo trato. La miró detenidamente, con algo de culpa, retrocedió y se enfiló hacia la salida de la aldea. Directo a su destino.

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-¿Encontraron algo?- Preguntó Fugaku a su familia.

-Desgraciadamente no, papá. Me pregunto donde diablos se abrá metido.

-No lo entiendo, porque Sasuke hace estas cosas?- Dijo Mikoto angustiada por su hijo menor.

-Sigamos buscando. No creo que pueda ir muy lejos, además en las puertas están los guardias. Lo mejor sería que uno de nosotros volviera a la casa, probablemente Sasuke aparezca por allá- Dijo Emiko.

-Tienes razón- Le contestó Mikoto -Iré yo- Dijo y sin más se fue.

-Nosotro continuemos, pero si para el amanecer no lo encontramos, volveremos a la casa y allí veremos que paso seguir- Dijo Fugaku, para que luego los 3 se dispersaran. Emiko avanzó hacia las afueras de la aldea, cerca de la salida, en un sendero, allí vio una silueta sobre una banca. Al acercarse más se percató que era Sakura.

-¿Qué demonios? Sakura- Le dijo tratando despertarla -Sakura, reacciona- La niña lentamente empezo a abrir sus ojos. Una vez totalmente despierta, observ{ó a Emiko con desesperación.

-¡Emiko-san!- Exclamó.

-¿Qué te pasó? ¿Por qué estas a estas horas en un banco e inconsciente?-

-¡Tenemos que hacer algo! ¡Sasuke se fue!-

-¿Qué dijiste?-

-¡Sasuke! Estabamos aquí y el me golpeó en el cuello y perdí el conocimiento-

-Por dios- Emiko susurró mientras veía llegar a Itachi.

-¿Qué sucedió? ¿Qué haces aquí Sakura?- Le preguntó el joven.

-Al parecer ella vio a Sasuke- Le contestó su esposa. Itachi se arrodilló frente a la pelirrosa para poder hablar con ella.

-Sakura, por favor, dime que fue lo que ocurrió- Le dijo de forma calmada.

-Él, dijo que no podía seguir si su clan era tratado de la forma en es tratado por toda la aldea, que no soporta ser tu sombra, Itachi-san- Dijo la niña con algo de pena -Desde hace tiempo se siente presionado, quería demostrarle algo a tu padre, quería que viera su valor. Pero acabó sediendo a la oscuridad a ese poder que le ofrecieron. Traté de evitarlo, de verdad lo intenté- Dijo Sakura y luego rompió en llanto.

-No llores, no es tu culpa- Trató de tranquilizarla Itachi.

-Vamos a llevarte a tu casa- Le dijo Emiko, mientras ponía sus manos en los hombros de la pelirrosa -Quédate tranquila, hallaremos la solución a este problema-

-Sí, de acuerdo- Dijo Sakura.

-La compañaré hasta su casa, busca a tu padre, y... creo que la Quinta Hokage debe saber lo que ocurrió-

-Estoy de acuerdo, pero lo primero es decírselo a mis padres- Ambos se separaron, cada uno por su parte, pensando en el serio problema en que Sasuke, sumido en sus propios dilemas, sumergió a su clan.

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Observaba la aldea desde una pequeña cima, sería, posiblemente, la última vez que la vería.

-Ya vámonos- Dijo Sasuke a los 4 del sonido.

-Por supuesto, Orochimaru-sama está esperándote. Contestó uno de ello.

Era un hecho, no había vulta atrás, se medtió en este atolladero y debía sobrellevarlo. Sólo quedaba esperar que le deparaba ese camino. Un camino muy oscuro y vacío, solitario.

CRONICAS DE UN AMOR SHINOBIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora