Lo escribí en medio de mi propio malestar, tomando inspiración de cómo me comporto cuando estoy enferma y pensando que H sería igual de mimoso estando enfermo. Es corto, espero y lo disfruten ♡
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Su cuerpo se removió con incomodidad entre sus sábanas, ya no sabía en qué posición ponerse para poder conciliar el sueño que lo inundaba, pero el dolor en todo su cuerpo y el moqueo que presentaba no lo dejaba descansar de forma correcta.
Un quejido involuntario salió de su garganta, bajito, casi pasando desapercibido por sus oídos, menos para su compañero de casa que justo pasaba para revisar a Horacio, que desde hace casi dos días había presentado síntomas de tener una gripe y que no lo dejaba marchar tranquilo a Viktor, inquieto por dejar a su jefe solo en casa.
—¿Te encuentras bien, H? —El hombre ruso se asomó por la puerta, hablando en voz baja por si el moreno se encontraba descansando y el sonido que había escuchado era producto de su preocupación.
En un movimiento lento y cerrando los ojos después de sentirse levemente mareado luego de la acción realizada, Horacio se dio la vuelta y miró en la dirección de su amado, sus ojos brillaron lagrimosos por su notable malestar.
—Me siento como una mierda. —Murmuró el hombre de cabello morado, su voz en un murmullo grueso por la sequedad en su garganta.
—¿Necesitas algo? ¿agua? ¿alguna pastilla? —Preguntó, adentrándose a la habitación y acercándose al enfermo, levantando su mano para poder tocar la frente del contrario y percibiendo la calentura de la piel—. Tienes fiebre. Voy a buscarte alguna aspirina, espera. —Y sin dar tiempo a que Horacio protestara, se retiró de la habitación en busca de lo antes dicho.
El de ojos bicolores soltó un suspiro, sintiendo cómo la sensación trepaba por su nariz; trató de hacerlo, pero no lo logró, sintiendo el dolor en su nariz, provocando más dolor en su cabeza y sus ojos soltaron las lágrimas que habían retenido innecesariamente.
Escuchó las escaleras ser subidas con rapidez, para luego mostrar la silueta de Viktor entrando nuevamente, pero esta vez traía un vaso con agua en una mano y en la otra traía un analgésico para ayudar a bajar la fiebre.
—Ten, tomalo —Los extendió en su dirección y Horacio puso todo su esfuerzo en levantarse de su cómodo colchón, logrando erguirse para poder ingerir aquello que le había traído el ruso—. Me hubieras llamado si te sentías tan mal. —Se sentó Volkov en la cama, observando al moreno tomar la aspirina y ayudándole a recostarse, dejando el vaso vacío a un lado.
—No me regañes, me siento mal. —Respondió con la voz temblorosa, formando un puchero con sus labios y acurrucándose más cerca de donde el de cabello gris se encontraba sentado.
—Está bien, está bien, pero llámame la próxima vez. —Su voz sonó bajo, mientras sus pupilas recorrían el rostro de la persona que quería, tratando de no alterarse y llevarlo al médico por una gripe que, con los cuidados requeridos que estaba dispuesto a darle, se curaría en cuestión de unos cuantos días más—. ¿Necesitas algo más, H? —Preguntó, decidiendo que si ya no tenía nada más con lo que poder ayudarle, se marcharía para dejarlo descansar como correspondía.
—Quiero mimos. —Contestó con voz algo chillona, sintiendo al dolor atacar constantemente sus ojos y cabeza, logrando que otras lágrimas cayeran de sus preciosos ojitos, alertando al ruso.
—¿Por qué lloras? No lo hagas —Y con algo de timidez, se acomodó a un lado de su pareja, sintiendo rápidamente como este se aferraba a su cuerpo y temblaba levemente—. Ya te sentirás mejor, Horacio, ya lo verás. Ahora descansa, ya te despertaré para que tomes la medicación. —Envolvió sus brazos alrededor del cuerpo que se encontraba contra él, acariciando los cabellos de color morado, buscando tranquilizar al hombre enfermo.
—Gracias, Vik. —Murmuró el hombre, sintiendo cómo se relajaba contra la calidez de su amado y poco tiempo después cayó en un profundo sueño, dejando atrás todo malestar, sólo centrándose en las caricias que le proporcionaba el ruso.
Una sonrisa tiró de los labios de Viktor, feliz de poder lograr que Horacio pudiera descansar luego de sentirse tan mal.
Ambos se encontraban feliz en la calidez del contrario.

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Enfermo
Фанфик《OS Volkacio》 Horacio no podía dormir por el malestar que la gripe le provocaba y sólo una cosa podía ayudarlo a mejorar: Viktor.