Aurora:
Cinco, cinco meses han sido a lado de un Damon más sádico de lo normal y junto a un nuevo aliado, Enzo.
Estar con ellos estos meses me ha hecho recordar a cierto sifón, a veces me pregunto que habría pasado si el no hubiera estado dispuesto a matar a todo el aquelarre. Quizá el hubiera sido el indicado, pero los grandes amores en estos días ya no existen.
Observó cómo traen una pareja más a este hoyo de perdición, es extraño porque ni siquiera saben para quien trabajan, yo si, pero esa es mi carta bajo la manga. He estado ayudando a Enzo a que sus amigos los encuentren, mentí diciendo que yo también necesitaba la ayuda porque se perfectamente que nadie se escapa de él.
Escuche a Damon caminar junto al hombre que trajeron.
- A veces tenemos que hacer cosas que no nos gustan - díganmelo a mi.
- Por favor ayúdame - al parecer el hombre me vio.
Solo pude darle una mirada con desdén, todo esto, la sangre, la matanza no es lo mío y ver a ese pobre hombre ahí ni siquiera me causaba algún sentimiento encontrado, yo no podía apagar mi humanidad como los vampiros pero lograba un campo de inmunidad.
- ¿Era realmente necesario que se lo entregaras así?- pregunto asqueada.
Damon me miro con indiferencia, más no respondió mi pregunta.
Después de perder el tiempo leyendo - hábito que se me pego por Damon - y de que Stefan Salvatore y Bonnie Bennett trataran de rescatar a estos matones hice cuentas de los cuerpos que habían estado mutilando, para ser exactos no estaba segura de cuantos se necesitaban pero sabía que con esos eran suficientes para que ella volviera. Nunca se me explicó cuál era mi función exacta aquí pero tendría que ayudarla a acoplarse al nuevo mundo.
Enzo y Damon llevaron el último hombre a la fosa y como normalmente lo hacían se quedaban viendo hasta que solo volviera el garfio con un trozo de carne. Comenzaron a caminar para salir de ahí, pero en lugar de ello me dispuse a acercarme a la fosa, llevaba en mi mano una toalla y la coloqué enfrente, después me senté unos metros atrás.
Para mi no sorpresa Sybil salió lentamente del agua, esa mujer tenía un cuerpo extraordinario, y para la sorpresa de Damon y Enzo, finalmente se dieron la oportunidad de mirarla. No tenían idea de lo que era, al menos Damon no.
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Después de ayudar a Sybil a instalarse al nuevo mundo decidí que ya era tiempo de irme.
- ¿Ya te vas? - se acercó Sybil a mi.
- Eso quiero pensar. Tu ya estás de regreso y yo ya no tengo nada que hacer aquí- conteste con sinceridad.
- Ahora que no tengo a mi hermana necesito al menos una amiga - me sonrió, y su sonrisa sin duda alguna era escalofriante.
- No lo se - me detuve de hacer mi maleta para mirarla.
- Si no puedo hacer algo para que te quedes, ayúdame solo con algo y después te puedes ir tranquilamente- y salió por la puerta directo a la alberca.
Termine de hacer mi maleta y la llevé conmigo siguiendo los pasos de Sybil.
Me encontré con Damon Salvatore leyendo Cincuenta Sombras de Grey.Después de ver cómo eran torturados el dúo dinámico por el poder de telequinesia de la sirena, los mando por una chica Sarah Nelson, no entendía porque era tan importante ir por esa chica, que a mi parecer no tenía nada que ver con este mundo.
Iba en el mismo auto que Enzo, no soportaba ir con Damon, a mi parecer ninguno toleraba al otro y casi siempre nuestras charlas terminaban en el tratando de cortarme la cabeza y yo reventando las venas de su cuerpo.
- ¿En que tanto piensas brujita? - me pregunto Enzo que manejaba sacándome de mis ensoñaciones.
- En que no entiendo porque una chica tan común como Sarah es requerida por Sybil - senti su cuerpo tensarse - tu lo sabes ¿no es cierto? - sonreí.
- Es la sobrina de Damon y Stefan Salvatore- oh.
- Vaya. Eso no lo esperaba- realmente no.
- Se que tu ya estás por irte, pero tengo una pregunta para ti. ¿Por que trataste de ayudarme desde hace cinco meses a salir de aquí? - me miraba de vez en cuando.
- No lo se. Quizá tenía esperanza de ayudarte a salir de todo eso, pude sentir tu humanidad aún encendida y los sentimientos que tienes hacia cierta bruja - encogí los hombros- siempre trato de ver lo mejor en las personas..
- ¿Y qué hay de ti? Nunca me hablaste de porque estabas aquí -
- Porque no era seguro hablar de ellos frente a Damon, lo siento pero no confío en el - sonrió - y estar cerca de esa sirena era peligroso -
- ¿Y confías en mi? -
- Lo hago, eres una persona más leal, me consta. Además de que te tengo cierto cariño, uno no solo va y mata con cualquiera - ambos nos reímos - y era confiar en ti o en el traicionero de Damon-
- Se que no me dirás cuál es tu razón de seguir viviendo pero espero no verte por aquí de nuevo - eso espero también yo.
- Si tú o alguno de tus amigos necesitan algo, no duden en llamarme - le sonreí - ahora eres como un amigo para mi.
Finalmente llegamos a Carolina del Norte, lugar donde estaba Sarah Nelson - o mejor dicho Salvatore -
Primero entraron Damon y después Enzo. Cuando me canse de estarlos esperando me dirigía hacia la puerta para entrar a la casa pero fui derribada por una gran fuerza.
- ¿Que mierda haces aquí? - pregunto molesta, era Alex.
- No, tu dime qué haces aquí. He tratado de localizarte en el último medio año y lo único de lo que me entero es que estas repitiendo viejos hábitos ... - quite sus manos de mis brazos.
- Oh no. No te atrevas a comparar eso con esto - lo mire molesta - Estoy bien Ale, de hecho esta misma tarde iba a regresar - me tranquilice.
- Solo estaba preocupado por ti - me miro con pena - No quería que te diera algún ataque de ansiedad o algo - lo mire con ternura.
- Pero ¿que estás haciendo aquí? ¿Donde está Leah? - me alarme.
- Ella esta bien, se encuentra con Annie - Annie era una vieja amiga.
- Necesitas irte, volveré pronto. Solo necesito... -
- Vámonos ahora mismo - pero antes de que pudiera rechistar me vino un paro al corazón.
- Hola Aurora- de nuevo ahí, otra vez no.
- Tu dirás Arcad...-
- Veo que ya te quieres ir - se acercó a mi - ¿tan mal te cae Sybil? -
- Ella no es el problema, tu me mandaste con el dúo dinámico, ellos ya tienen a la sirena ahora, no veo porque seguir ahí-
- Tienes razón - eso me sorprendió - creo que ya no necesito de tus servicios -
- Me dejarás ir solo así, ¿tan rápido? -
- ¿Ahora te quieres quedar acaso? - se mofó.
- No no no - respondí inmediatamente- solo es extraño.
- Trata de no hacer mal las cosas o de lo contrario regresarás a tu antiguo trabajo - me di la vuelta - o te quedarás sin tu inmunidad.
Volví al mundo real y me encontré dentro de un auto, Alex conducía.
- Ya estás despierta. Me sorprende que no hayas tratado de saltar del auto- comencé a reír.
- Soy libre Alex, estoy jodidamente feliz de estar libre- Alex detuvo el auto y me miro.
Salí corriendo del auto y me detuve entre la hierba que se movía al compás del viento.
Me deje caer sobre mis rodillas y sonreía, Alex se acercó a mi y no se que fue pero por la euforia que sentía en el momento lo abracé y lo besé.Me sentía épica.
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So it goes// Kai Parker
FanfictionTe conocí en el bosque con todos los ojos sobre mí, tu ilusionista; todos los ojos sobre nosotros porque hice que tus días grises se hicieran claros y te lleve como un juramento. Soy una chica tranquila pero tu con una mirada me vuelves mala, tengo...