"style- taylor swift"
🤍Daniel miraba a la nada pensando en las palabras que el señor Miyagi le había dicho.
"Diferentes pero iguales, Daniel San"
El no podía tener algo con Johnny Lawrence. Simplemente no, eran muy diferentes. El rubio era fuerte, le gustaba el rock pesado, amaba el riesgo y podría pasar la vida entera bebiendo alcohol, mientras que Daniel le gustaba el rock ligero, odiaba ponerse en riesgo y no le gustaba ni siquiera la cerveza, solo toleraba las que tenían sabor a frutas.
Daniel volvió a la escuela, lo vio ahí parado junto con una carpeta azul en los casilleros. Odiaba que le encantara tanto, odiaba que su mirada fuera tan intensa y lo llevara a los lugares más hermosos del mundo. Simplemente lo odiaba.
Y Johnny le sonreía, Daniel sabría que caería en sus redes. Como siempre. Con Lawrence siempre eran dos opciones, ir al infierno o ir al paraíso, no habían intermediarios.
El pelinegro sabía exactamente a qué conduciría si le aceptaba la propuesta de ser su nuevo amigo con ventaja. Tendría que morirse de celos de las chicas que lo rodeaban, lloraría cuando Ali lo besara y probablemente nunca se recuperaría de su corazón roto. Todo había estado bien mientras tenían sexo, pero tontamente sus sentimientos hacia el rubio afloraron y nunca los pudo volver a sepultar.
— Hola LaRusso, ¿como amaneciste?.— Johnny miraba sus ojos y bajaba un poco a ver los rojos labios del azabache, le encantaban con demasía.
— Bien, cansado. Mucho entrenamiento con el señor Miyagi ayer. Y tú, ¿tú cita con Ali?.— LaRusso bajo la mirada y el rubio luego de mirar a todos lados en busca de algún alumno besó la frente del moreno.
— Nada inusual. Te extrañé, mucho. ¿Por qué no vas a mi casa hoy?.— Johnny tomó su rostro con delicadeza y lo acarició.
— Está bien, iré.— Lawrence le sonrió mientras le dejaba un beso en la frente y se iba a su sala.
Y LaRusso se odiaba, le era imposible decirle que no.
Ahí estaba como un imbecil tocando la puerta de la mansión de Lawrence. Sabía que lo usaba, sabía que no lo quería, pero Daniel no quería dejarlo, aunque sabía que nada de lo que tenían era algo real.
— Ey, Daniel.— Johnny lo abrazó y se puso su chaqueta roja.
— ¿Nos iremos?.— Lawrence abrió su auto y le asintió.
— Si, demos una vuelta, me aburre estar en mi casa.
Johnny reía, cantaba alegremente las canciones de la radio y de vez en cuando tomaba la mano de Daniel y la besaba. Parecía amor. Pero no lo era, el amaba a Ali.
— ¿Y?, ¿que piensas?.
— ¿Ehm?
— Sobre mi propuesta.
El pelinegro desvió su mirada al camino, no quería ser la segunda opción de Lawrence, pero tampoco quería perderlo, moriría si lo perdía.
— Si, lo haré.— Johnny dejo de mirar el camino y lo besó. El beso más doloroso en la vida de Daniel LaRusso. Ya no podía volver atrás, su vida se derrumbaría si Johnny seguía haciéndolo suyo y a la vez a Ali.