25 de junio de 2021:
Tengo muchos sentimientos encontrados ahora mismo, son las 19:34 de la noche, el tiempo está fresco a cálido, bastante agradable para mi gusto personal.
Como siempre, estoy escuchando y deleitándome de armonías de música clásica, para suavizar y relajar mi mente que está en constante labor.
El día de ayer 24 de junio, no tuve tiempo para poder explayarme en estas páginas, porque defendí mi informe final de investigación experimental realizado en mi Universidad, la mejor parte es que me felicitaron a mí y también a mi grupo por la excelente presentación.
Toda la tarde estuve contenta, mis hormonas de felicidad estaban en lo más alto, es algo inefable. Esforzarse, sacrificarse y sudar hasta la última gota, vale la pena.
En realidad no sabía qué hacer esa misma tarde, no sabía si reír o llorar, y... ¿saben por qué? Porque nada más me sobra el anteproyecto de tesis, y la tesis misma. Y eso solo está a la vuelta de la esquina. Impresionante, con tan solo de recordar se me eriza la piel, porque esto para mí es uno de mis primeros objetivos en la vida.
El camino no es nada fácil, pero voy a remarla. En fin, estoy muy cansada, fue una semana muy atareada, es viernes y el cuerpo necesita descansar.
* * * *
28 de junio de 2021:
18:11 de la tarde, hace frío, nos reguardamos como osos en nuestras madrigueras. La temperatura para esta semana es bastante baja.
Y en realidad se hace sentir el invierno, pero qué vamos a hacer, está en su debido tiempo de actuar. Solo nos sobra abrigarnos bien y cuidarnos.
Hay algo que me provoca hastío, tal vez ustedes hayan sentido lo mismo que yo en alguna ocasión, pero... muchas personas quieren abusar de tu bondad y confianza. Lo malo de todo es que se aprovechan de eso y no agradecen.
En realidad, yo no les entiendo a esas personas, primeramente, te utilizan en el momento, abusan de tu confianza y de tu predisposición, e inmediatamente consiguen lo que quieren, se marchan y ni agradecen. Qué perverso.
Le acabas de salvar la situación o técnicamente la vida, pero se va sin ninguna retribución.
En cambio, yo... soy tan gratificada, por cualquier mínimo detalle, es impresionante que muchas veces cuando pido un cierto favor siento una vergüenza que me llena la consciencia, porque le estoy fastidiando a ese ser en sus actividades, que te hable, que te conceda ese favor, es algo enorme y formidable de su parte.
¿Y por qué menciono eso? Porque esa persona invirtió su tiempo en ti; el tiempo es algo sagrado, nadie es capaz hoy en día desperdiciarlo, pero otros no valoran ni un segundo. Al parecer no tienen ninguna educación o son tacaños de por sí. No lo sabemos, pero en serio, irritan e intrigan con ese modo.
En la rutina diaria, y en la sociedad misma pasa todos los días. Me incluyo, si está en mis alcances logro ayudar, y sin distinción, por supuesto. No me agradecen, y está bien, reflexiono sobre ese acto y digo:
Tranquila, tú estás construyendo tu camino para el bien, puede que de otra esfera llegue la recompensa. Entonces... me apaciguo y continúo con mi vida.
Esa es mi teoría, y la verdad aplicarla en cierto momento se siente bien, uno se queda con la consciencia en concordia, sin culpa, sin arrepentimiento de realizar aquel hecho beneficioso para otro.
Hay también personas que se lucen y brillan por el trabajo que tú has realizado, en donde dedicaste todo el amor y el cariño del mundo en eso, no sé cómo definir el término para ellos. En realidad, me deja sin palabras, pero les juro que embargarse en ese contexto es totalmente deficiente.
Bueno, a veces me destroza mi autoestima, mi ser y mi alma.
¡Imagínate! Trabajar arduamente para que otro venga, haga un desfile y que brille como un diamante. Lo de ayudar a alguien malagradecido queda muy debajo con este tipo de estilo.
Es mi experiencia vivida, y aplicamos nuevamente ahí la palabra: malagradecido/a. Es verdad, jamás se tomarán un instante en brindarte al menos palabras inmensas. No sé si lo mencionado anteriormente es peor que esto o viceversa.
Les juro que hay una infinidad de personas que son así, no les entiendo, al parecer carecen de sensibilidad cognitiva.
No hay nada más que hacer con el pasado, solo estoy refunfuñando, al menos eso, porque me hace sentir aliviada desahogarme en estas páginas.
En fin, acabo de meter a mi perro en la cocina, le siento demasiado, no quiero que sufra el frío en el exterior de la casa, para esta noche/madrugada se estima una temperatura de 1°, muy bajo por cierto.
Conjeturo que hay diversos animales por las calles que fueron abandonados en bolsas o cartones. Qué desagradable es el ser humano para ejecutarlo, un terrible corazón frío y sin conmociones.
Y no solamente los animales, hay también seres humanos por las calles, me duele observar, porque efectivamente no puedo hacer nada, no tengo los recursos para arrimar el hombro.
Me encojo de hombros, especulo sobre el escenario relativo de la sociedad, y del país en general. Y en realidad, está hecho una ruina...
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Desvelos. Una historia entre la pandemia
Não FicçãoEsta historia nace con sentido a la crisis que se vivió en el segundo año de pandemia del covid-19, lo que acarreó el encierro y la incertidumbre. La caída del cielo como escarcha, ante los ojos de una joven que intenta sumergirse en la imaginación...