Capítulo VIII

1 0 0
                                    

Capítulo VIII

1 de julio de 2021:

El séptimo mes del año, ¡impresionante! Qué veloz es el tiempo, en menos de lo que pensamos se terminará este segundo año de la pandemia.

Ojalá sea un mes con muchas prosperidades y alegrías, por sobre todo que la población paraguaya ya se inmunice, por lo menos la mitad de la población. Eso sería un gran paso para volver a lo que fuimos anteriormente.

No saben cuánta avidez tengo de poder salir en la calle y quitarme mi cubrebocas, irme a clases presenciales en la Universidad, convivir tranquilamente con mis compañeros y compañeras. De compartir, de vivir la vida sin limitaciones.

Mi mente es caóticamente un revuelto de anhelos expectantes, todo lo contrario a mi realidad. Pero por una parte es bueno, no llenar la cabeza de cosas absurdas, es endeble.

Mejor andar al borde de la locura con nuestras imaginaciones, no hacemos daño a nadie con eso. Pero cuando tienes pensamientos mustios, puedes acabar dañando la salud mental del otro. Es así de simple.

 4 de julio de 2021:

Mientras haya vida, hay esperanzas.

Comienzo con esta frase el día de hoy, les cuento que el día de ayer 3 de julio, mi madre recibió la primera dosis de la vacuna anticovid, no saben lo aliviada que me siento.

Un peso menos, un miedo menos. Una paz y tranquilidad reina en mi ser.

Solo me sobra a mí y al resto, de a poco, lentamente se está inmunizando el país y el mundo entero. Es un gran paso de la humanidad que quedará registrado en la mente de muchas personas y evidenciado en escrituras hechas con angustia y desvelo.

Muchas personas que hoy no están quisieron recibirla, pero no pudieron... No llegaron a tiempo por falta de organización, a la vez por la insuficiencia ya que a nivel mundial no abasteció los primeros tiempos.

Siento mucha melancolía, y yo personalmente en memoria de ellos me aplicaré la vacuna, pero en un futuro que ya se encuentra cercano.

En fin, eso es, por una parte.

Por otra, mañana empiezo con las clases de la Universidad, nuevamente, y suspiro al decirlo, es un tanto estresante y divertido a la vez. Leer y aprender es lo mejor si tienes tus objetivos claros de ser una profesional.

Ya se me acabaron las vacaciones de invierno, debo replantearme y organizar mi rutina. Todo desde un inicio. Cada cosa en su respectivo horario.

Debo ponerme las ganas para cursar este segundo semestre, y ojalá todo me salga bien, porque eso es lo que más quiero. También estoy muy cerca de mi meta, solo me faltan varios protocolos que cumplir, lo digo porque mi Universidad, ¡uf!, es demasiado exigente.

Más allá del estudio universitario, poseemos una vida, y qué sentido tiene la vida muchas veces, no lo sabemos porque no la vivimos.

El cuerpo envejece mientras que el espíritu permanece intacto, uno al correr de los años será un adulto mayor, pero su corazón siempre será ese niño o ese joven que siempre realizaba sus locuras.

Yo... tengo miedo de cumplir años, antes normalmente sí quería y me fascinaba por supuesto, ahora siento que la vida se me acelera y no me estoy pudiendo adaptar en ella.

Tengo una turbación, me he acostumbrado mucho hasta ahora de no salir a lo somero, perpetuamente convivo con mis padres, con los animales de la casa y conmigo todo el tiempo. Al salir afuera, siento que no puedo respirar ese aire, no logro adaptarme a ese medio.

Es como un oso polar que no puede adecuarse a un ambiente tropical. Es así mismo como me siento.

Fatigosamente no sé cómo explayarme, siento que las personas me miran todo y soy el ridículo para ellos, no me salen las palabras como cuando estoy en casa, qué raro, no.

Y cuando me encuentro fuera de mi hogar por mucho tiempo la consciencia me carga, y no lo sé, es bastante paradójico. Al parecer vivo en una burbuja que no puede ser rota, o tal vez no me acostumbro y que la primera vez sea así. O puede que me equivoque.

No me gusta dejarle a mi madre ni a mi hermana sola en casa, y es el miedo, el miedo de poder vivir mi vida disfrutando, pero si mi familia no lo hace no me siento completa.

Y esta soy yo, queridos/as lectores/as, una mezcla de diosa y pantera, un tigre y un jabalí, un conejo y un gato. Frágil como el cristal, fuerte como el hierro, brillante como el diamante, resaltante como el oro, y hermosa como el rubí.

El amor hacia mi familia es muy grande, y aquel que no siente eso por sus seres queridos, no sé cómo definirlo.

Pero también debo vivir mi vida, dirán que estoy equivocada o loca, pero lo haré... debo aprender a ceder de mi puesto, de mi zona de confort para entender qué sentido tiene la vida. Pero primero debo luchar contra mis ansiedades para demostrar que yo puedo.

Voy a poder, porque soyuna mujer que cuando lo intenta lo da absolutamente todo. Solo es cuestión dedesearlo con todas tus fuerzas para conquistar la victoria.

Desvelos. Una historia entre la pandemiaWhere stories live. Discover now