GIRL VERSION

907 89 20
                                    

—La primera ecuación dice: cinco a, menos uno, igual a catorce. Primero vamos a despejar el término cinco a, para ello pasamos este uno, que se encuentra restando, a sumar al lado derecho.

¿Por qué las ecuaciones llevan letras? ¿Esto para qué me va a servir en el futuro? Piensas mientras observas al viejo profesor de matemáticas hablar hacia el pizarrón suponiendo que toda la clase pone atención y memoriza lo que escribe. Tú encuentras más entretenido jugar con el lápiz que sujetas en la mano. Volteas hacia la derecha y ves a tu amiga escribir en su teléfono celular por debajo del banco creyendo que pasa desapercibida ante todos, casi. Giras hacia el lado izquierdo, observas a tu otra amiga conversar en voz baja con el chico de al lado, el que le gusta, ella sujeta un mechón de su cabello mientras ríe delicadamente y cubre su boca al hacerlo, no como ayer de camino a casa, cuando su risa se escuchaba a tres cuadras de distancia.

Jamás me verán actuar así por alguien, juras con la voz de tu cabeza, tan segura de ti misma, hasta que escuchas su voz.

—¡Lamentamos la demora!

Entonces lo vez.

De repente hace calor, instantáneamente tu rostro se ruboriza, tu pulso comienza a latir rápido y con fuerza, crees que tu corazón podría salirse de tu pecho, mientras, tu mirada discreta no se aparta de aquel ser que consideras perfecto, con el que has soñado una que otra noche desde el día que lo conociste. Alto, delgado, pero no tanto como el flacucho de la clase; siempre sonriente, de ojos seductores, imposible no distinguir su color incluso desde una distancia considerable.

—¿De nuevo, Naruto? Tienen dos semanas que ingresaron y todos los días han llegado tarde.

—Lo sentimos, no es intencional, somos nuevos en la ciudad, todavía no entendemos los horarios de los transportes —responde sin preocupación, tú suspiras profundo al escucharlo.

—Está bien, lo dejaré pasar por ahora. Hinata, Naruto, tomen asiento por favor.

Allá viene. Lo ves acercarse a su asiento al lado tuyo, bendito el chico que cedió amablemente su lugar, piensas de inmediato. Él te mira y sonríe impecable cuando se sienta, porque has sido muy simpática con ellos. Bajas la mirada porque el ardor en tu cara impide que sigas observándolo mientras él lo hace también.

—¡Hola! —El saludo te toma desprevenida, tú volteas, te quedas congelada, sólo viéndolo cual adonis, cual Dios griego saludar a una simple mortal. No puedes responder porque ese chico te deja sin habla, te pone tan nerviosa que por un momento olvidas el vocabulario y cómo formar oraciones. Te limitas a simplemente mostrar una pequeña sonrisa forzada, que posiblemente te haga parecer indiferente, o un poco loca.

El que se halle girado hacia ti sólo para decirte aquello hizo volar tu imaginación, aunque fuese un simple "hola" comienzas a soñar toda una vida junto a él. ¿Y si le interesaste? ¿Y si quiere conocerte más?

Pero entonces, el golpe de realidad te tumba de las nubes.

—Buenos días —te dice Hinata, sentada al frente de Naruto. Tú dejas de ver al hombre por el cual darías todo para regresar el saludo más dulce escuchado jamás de la chica más linda que en la vida no habías visto.

Es bajita, su piel increíblemente blanca, su cabello largo, lacio y brillante. Es como una muñeca de mejillas rosas y hermosos y grandes ojos claros, por un memento sentiste un poco de envidia al saber que existe alguien tan bonita como ella. De su voz ni hablar, algo débil para tu gusto, pero compensado en ternura.

—Hola, buen día —le respondes, porque con ella sí puedes entablar una conversación.

Al principio cuando los presentaron y dijeron "Naruto y Hinata Uzumaki", al igual que la mayoría, creíste que por compartir el mismo apellido eran hermanos. En aquel momento te interesaste en el rubio de ojos cielo, y tú plan para acercarte a él fue hacerte amiga de su hermana Hinata.

Con los días te diste cuenta de la bondad y amabilidad de ella, realmente la consideras una preciada amiga, e incluso te sentiste un mal por utilizarla al principio. Pero entonces, había escenas que no eran apropiados de hermanos, el comportamiento de él hacia ella era muy protector y celoso, el de ella hacia él era muy tierno y lleno de cariño.

Así que pronto sucedió;

—Oh, Naruto no es mi hermano. Es mi esposo.

Sí, lo sé, fue duro. Pero dentro de ti lo sabías. Debiste sospechar cuando casi se besaban en la boca, luego Hinata te explico que no le gustan las muestras de afecto en público, ella es muy reservada. Todos se enteraron, la noticia se hizo saber muy rápido. Claro que hubo corazones rotos, como el tuyo y el de tu amigo del otro grupo. ¡Son muy jóvenes para ser esposos! La mayoría lo decía, tenían apenas 19 años, pero, por boca de ellos, estaban tan enamorados que no pudieron esperar más.

Te sentiste un poco decaída pero no tanto, porque en realidad ganaste una increíble amiga con la que puedes contar siempre. Y aunque Naruto sólo será tu amor platónico no te pone tan triste, porque aceptaste que hacen bonita pareja y que ellos son el uno para el otro.


LOS UZUMAKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora