La última Romanov (Por Danny Flores)

Mundo encantado

Mientras me arreglaba frente al espejo mi mente divagaba entre mis recuerdos como un marinero que busca provisiones yo buscaba fuerza en mis memorias...

Crecí en un mundo encantado, lleno de joyas, vestidos, fiestas... Un pequeño mundo que compartía con mi familia y que ya no existía.

Un mundo en el cual la violencia y la tristeza no deberían existir, pero fueron unas de las emociones que siempre me acompañaron...

El matrimonio de mis padres no fue como los demás de la realeza su amor fue genuino y por eso todo el mundo los juzgo cruelmente y es que la gente ya no cree en el amor puro. Siempre que se vea a una pareja amorosa los creerán hipócritas y pensaran que alguno está en la relación solo por conveniencia.

Una de las personas más valientes que conocí mi hermana Tatiana...

Mi querida institutriz, mi querida hermana a pesar de que a veces me atormentabas recordándome mis modales y las normas, tomaste el papel de la guardiana de tu familia cuando los soldados vinieron por nosotros te convertiste en una leona dispuesta a matar con tal de protegernos espero como hermana menor poder haber aprendido algo...

Siempre preocupada por nuestro bienestar, velando por nosotros cuando había algún problema, mano derecha de nuestros padres y la más ansiosa por nuestro futuro.

Dame un poco de la fuerza para vencer al enemigo frente al que estaré hoy...

Sin duda el vestuario que escogí para esta tarea no es algo que ella aprobaría, pero no era como que me importará lucir bien ante mi víctima, extrañaba mi fleco aunque no me preocupara que la cicatriz que cubría se viera...

Siempre me habían enseñado a esconderla, pero ya no me importaba, de nada me había servido de todas formas.

Se había hecho de noche y la luz de la luna sirvió para apreciarme en el espejo. Dimitri abrió la puerta obteniendo mi atención:

-¿lista? - pregunto en tono sombrío -

- si - respondí sin temor en mi voz -

- una vez que empecemos no podremos frenar ¿estás totalmente segura? - cuestionó -

- si, no temas salvó que los tuviera de vuelta no existe nada que me haga cambiar de opinión - confirme -

Salimos de casa vestidos al igual que bandidos, caminamos aproximadamente dos horas sin detenernos ni conversar. Cuando llegamos Dimitri con mucha audacia me condujo por los ductos de ventilación hacia donde estaban esos malditos, tal y como el amante de mi hermana lo había hecho salvando mi vida. Los recuerdos volvían a mi, tenía una batalla a muerte con mis valores y mi corazón pero ambos también me decían que era muy tarde para mirar atrás.

Escuchamos su miserable reunión en dónde discutían a detalle como ejecutarme si me aparecía en su camino, Dimitri observaba mi rostro para sacarme de ahí si en algún momento mi cara reflejaba pánico. Creo que sintió miedo al ver que mi rostro no reflejaba ninguna expresión.

- Esta en el baño es el momento - susurro -

Entramos al baño y el hombre se quedó totalmente solo mientras sus compañeros abandonaban el lugar.

Dimitri se puso a cuidar la puerta asegurandose de no dejar salida alguna.

Salió del cubículo, ni siquiera noto mi presencia cuando le dispare en la pierna derecha cayó al piso al instante

- que carajo!?! - grito - que mierda?!Quien eres?!

- a una de mis hermanas le hiciste la misma herida en la pierna - respondí con calma - ahora me recuerdas??

- la maldita Romanov - respondió riendo cínicamente -

- si... la maldita Romanov - respondí y lo sujete del cabello - recuerdas?! Cuando asesinaste a un niño de quince años, como mataste a mis hermanas?! - pregunté con rabia -

- no era personal - dijo antes de que lo golpeara en la nariz - tu familia se lo merecía y también tu

Quedo en el suelo agonizando de dolor mientras yo dirigía el arma a su cabeza mi mano jamás tembló.

- para mí fue muy personal - respondí antes de disparar -

La sangre comenzó a salir de su cabeza, sentí un inmenso alivio al verlo muerto. Cuando recogí mis cosas dispuesta a abandonar el lugar cuando me pareció ver a los míos a su lado.

Dimitri extinguió esos pensamientos entrando al ver la escena y al verme tan vulnerable corrió a abrazarme y a consolarme para sacarme de ahí para después sacarme a toda prisa. Me había faltado sangre fría.

Mi mundo encantado se ha extinguido para siempre...