Capítulo 10

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Capítulo dedicado a OsmariiPinedaa gracias por el apoyo.

Lux

Cierro los ojos y repito el nombre tres veces, pero no sucede nada, esta es la quinta  vez esta semana que intento contactar con Miguel  y no aparece. Tampoco se nada de Lucifer, Yen me dijo que estaba atendiendo una plaga de cucarachas en el hotel y tenía mucho trabajo.

Espero que siga ocupando y se olvide de mí un tiempo, no se si estoy preparada para otra de sus pruebas, no hace un mes que llegue a este hotel y ya volví asesina a una chica y a otra la vendí como si fuera un puerco, por no hablar de que posiblemente termine matando a su esposo.

Llevo días sin poder dormir tranquila y aunque me repito una y otra vez que es por un bien mayor, mi fe está comenzando a flaquear, la realidad es que nunca fui creyente y siento que todo esto me supera.

Necesito hablar con Miguel de alguna manera, así que voy a intentar contactar con él en mis sueños, como la primera vez.

Me acuesto en la cama, cierro los ojos y repito su nombre.

—Lux — escucho su voz que me llama y veo una luz, la sigo sin dudarlo.
—Miguel ¿eres tú?

Atravieso una especie de puerta y  me encuentro en el juzgado de menores, el día que el juez sentenció que mi madre no estaba bien de la cabeza y me enviaron a un hogar de acogida hasta que alguno de mis familiares se hiciera cargo de mí.

—Hola Lux— Saluda Miguel cuando está frente a mí.
—Llevo días intentando hablar contigo, ¿Por qué no vas a verme?
—Lucifer está sospechando de ti, reforzó la seguridad del hotel, ya no puedo entrar.
—¿ Entonces que podemos hacer?¿ Hablar así en mis sueños?
—No, acepte ahora para darte noticias y explicarte , de esta manera tampoco es seguro, él podría entrar en cualquier momento en tú cabeza y descubrirnos. Esto que estamos haciendo envía una frecuencia mágica que puede ser fácil de captar para él.
—Entonces ¿Por qué lo estás haciendo? Vete pronto, antes que nos descubra.
—No te preocupes, él no está en la Tierra ahora, está en su reino, así que no puede interferir.

Asentí y observé a mi alrededor, mi yo de 5 años esta sentada frente al juez con el abogado, mientras este me hace preguntas sobre mí madre, mentí siempre que pude para quedarme con ella, pero el psiquiatra la declaró con esquizofrenia paranoica.

—No creo que pueda con lo que me pides hacer — hablo en voz baja con la vista fija en la niña que llora pidiendo por su mamá.
—Tienes que hacerlo ¿ O no me digas que ya te enamoraste de ese monstruo?— me tomó por el brazo parándome a su lado y apretando más de lo necesario. Un gesto posesivo que no tenía nada que ver con la personalidad que me había mostrado  hasta ahora.
—Me estás haciendo daño — intenté soltarme
—Escúchame bien Lux, lo que sea que estés sintiendo por él, olvídalo.
—Pero quién te ha dicho que me gusta Lucifer— su rostro se relajo visiblemente al escucharme — No sólo no me gusta, lo odio, odio las cosas que me obliga a hacer, odio la persona en que me estoy por su culpa. Tal vez mi alma no se alla manchado, pero la siento sucia y por eso no se si pueda continuar con esto.

Él liberó mi brazo y me habló más calmado.

—Debes hacerlo Lux, el destino del mundo depende de ello. Lucifer está planeando una guerra para destronar a Dios, es solo cuestión de tiempo que lo consiga, necesitamos detenerlo.
—Pero ¿por qué yo?¿ por qué de la nada mi cuerpo sana ?
—Porque eres especial Lux.
—¿Y por qué pensaste que estoy enamorada de Lucifer?

Su rostro volvió a transformarse, como si recordara algo horrible y dudó un momento antes de responder.

—No puedo decirte, hay cosas que es mejor que no sepas aún. 
—Claro, secretos, mentiras y engaño es lo único que consigo como respuestas tuyas. Estoy cansada de que no me cuentes nada y me trates como una simple ficha de tu juego. No quiero escuchar más.  Adiós. 

Le di la espalda y regresé por donde había entrado, miro por última vez la niña en el juzgado, ya el juez había dado la sentencia y una trabajadora social intentaba llevarla. Esa fue la última vez que vi a mi madre fuera del hospital.

Desperté en la habitación del Hotel, alguien llamaba a la puerta, me levanté de la cama, seque una lágrima que corría por mi mejilla y abrí la puerta.

—Hola pequeña alma en pena— saludó Lucifer con una sonrisa — Parece que tus sueños te llevan a lugares lejanos, llevo rato llamándote y no despertabas, deberías tener cuidado hay pesadillas de las que no se regresan y ángeles disfrazados esperando para engañarte.

No necesitó decir nada más, él lo sabía, sabía todo, siempre lo supo, solo una estúpida como yo pudo pensar que sería capaz de engañar al diablo.

Lucifer  La Revelación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora