CAPÍTULO 14: Amnesia.

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De nuevo atada, sentada y desnuda, pero esta vez el agua cubría mis pies y todo el lugar. Al fondo se lograba ver un halo de luz que descendía pero no iluminaba a nadie. Poco a poco una llama se encendió en otra hoguera y un nuevo cuadro empezaba a desprenderse, en él, me encontraba pintada y en mis piernas una reluciente bestia: un león. Intentaba abrirse paso hacía a mí mostrando sus filosos dientes con ansias de devorarme.

No iba a dejar que el cuadro se quemara como antes. Ambicioné a levantarme pero fue insustancial, realmente estaba atada, con mucha presión y rigidez. Sólo pude quedarme observando como la pintura fue consumida por las brasas ardientes hasta despertarme.

Me senté en cama, deslicé mis dedos por mi desordenado cabello, suspiré y puse el primer píe en el suelo, que desgracia, fue el izquierdo.

Me dirigí al baño para observarme en el espejo.

Al mirarme, todos los recuerdos de la noche anterior regresaron a mi cabeza, incluso confundiéndome, ya que no tenía memoria sobre cómo regresé a mi casa. Todas las escenas eran tan claras, recordar su mirada egoísta penetrándome la mente y al tiempo poseyendo a Susana. Negué rápidamente con la cabeza y abrí la llave del lavamanos para salpicarme la cara.

Unas horas después.

- ¡Bice! –me gritaron.

- ¿Si? –volteé asustada para encontrarme a Rachel con cara de preocupación y medio cuerpo encima de la barra de recepción.

- Estoy diciéndote que Marco ha estado esperándote desde las 8:00 en bodega –ese maldito nombre.

- Perfecto, ya me dirijo hacia allá. –respondí.

- Te está esperando desde las 8:00.

- Ya te escuché Rachel. –me acerqué a la barra– Puedes darme algo de café sin azúcar.

- Bice son casi las 10:00... –me expuso con compasión y presionó una botón en la cafetera express– ¿Te sientes bien?

- Sí, Rachel, todo bien. –esperé el café y me dirigí al ascensor.

Descendí al sótano y al abrirse las puertas me encontré a Marco con una mirada de asesino queriendo desmembrarme por la tardanza, a su lado Susana, con su sedoso cabello siendo movido levemente por el aire acondicionado del techo.

- No más. –aclaró– Llevas muchas faltas en lo que va del año, llegas tarde con una excusa de pacotilla. –maldito Marco– o entregas los informes a destiempo.

- Lo sien...

- No te excuses Beatrice. –se acomodó el cabello y seguidamente cruzó los brazos– Tú eres la directora principal de producción. Para que cada sastre y diseñador que tenemos teja un hilo, tú eres la primera persona por quién debe pasar la orden y si no te encuentras aquí, todo funciona mal. ¡Es que está todo mal! –me gritó con desespero– Supongo, en serio supongo, que estás al tanto de los últimos diseños que Susana realizó para la colección de invierno. –se giró en dirección a una de las mesas donde habían bocetos regados.

- Sí, incluso los vi. –respondí siguiéndole.

- Al menos en eso eres cumplida. En fin. El primer vestido se lanzó hace dos días y fue comprado de inmediato, ayer se realizaron dos más de diferente modelo y al parecer hoy sólo hay uno, ¿podrían explicarme?

- Ayer... –interrumpió Susana– yo no asistí a Marquesina, Harry tuvo que comunicarse contigo Marco, tuve ciertos problemas familiares.

Adicción [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora