Outro: Aquel lugar al que llamamos hogar.
Londres, algún punto del tiempo.
Sí Seokjin lo piensa, hay un par de cosas completamente curiosas sobre el amor; algunas como las mañanas y los "no besos de buenos días". Otras, como sus desayunos sencillos porque tiene demasiada flojera como para preparar algo mejor que pan tostado. El amor es una cuestión curiosa cuando él piensa en Yoongi.
El mismo que siempre olvida su anillo y produce canciones que llevan su nombre en la dedicatoria. Cuando lo piensa, Seokjin sabe que ya ganó.
Creció en una enorme casa de paredes blancas y pasó sus días esperando a su padre en las salas de producción, sentado detrás de grandes y luminosos reflectores. Creció y espero, y más que nada, soñó con pertenecer a algún lugar.
Y aunque sus decisiones siempre fueron drásticas, no puede decir que salieron mal.
Tomó un vuelo hasta el fin del mundo, rompió un corazón y de la misma forma —rompió el suyo—, pasó días eternos descubriendo las cosas que lo hacían inmensamente feliz, comió, amó, y vivió sin un rumbo específico hasta que lo volvió a encontrar.
Y Seokjin pensó que el amor era una cosa bastante curiosa.
El amor y Yoongi —para ser más claro. El mismo con el que escuchó todas sus canciones favoritas y pegó estrellas en el techo de su habitación; su más grande amor, al que de alguna forma, pensó soltar. Pasó una tarde en California pensando en él; en la forma en la que el amor se veía a través de sus ojos y como es que con algo tan sencillo como ese sentimiento, él podía sentir en casa.
Y buscó el sentimiento en cada esquina, en cada puesto de comida y en cada tazón de fideos.
Japón fue solo un medio, el resto... Quizá solo el inicio. Y aunque Seokjin admite que no tiene idea sobre música, no puede negar que Yoongi es su melodía favorita, su canción y su ritmo, su hogar. Le dice que sí tantas veces como es posible y hace tantos planes que es absurdo —incluso sí a ese punto ya se prometieron una vida entera.
Tienen una casa con paredes llenas de fotografías y cada una de sus habitaciones con pegatinas fluorescentes de estrellas adornando el techo. Tienen una sala con un piano que Yoongi toca de vez en cuando y en el mismo lugar, un estante lleno de vinilos. Las paredes no son blancas, mucho menos grises, son algo un poco cálidas y ocasionalmente, cuando los rayos de luz tocan las paredes, se transforma en una especie de naranja pastel. Seokjin tiene el lugar que busco con tanta insistencia.
Y entonces lo ve desde la ventana.
Después de regar a Sarang que pasa la tarde en su terraza, justo al lado de las otras plantas de Yoongi y su pequeña nueva compañera. Seokjin recoge la pala de juguete y sus regaderas mientras Holly se enreda entre sus piernas.
Londres es distinto a Seúl, aunque el cielo sigue siendo gris y el clima no es su favorito; pero se siente bien. Tal vez, solo tal vez, se trata de más de las razones que el lugar en sí. Tiene su nueva tienda de conveniencia favorita y un horno en su cocina donde preparan sus pasteles favoritos, incluso una cafetera —no tan lejos del estudio de Yoongi.
Cuando lo piensa, el amor es una cuestión completamente curiosa que llega cuando menos se espera. Su casa huele a galletas y chocolate caliente, y aunque en teoría es un día de verano, está seguro que hace frío en su jardín.
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Tastes just like home. (ksj+myg)
Fiksi Penggemar( ksj ; myg) Hay algo bastante curioso sobre el amor, y es que, nada es lo mismo después de él. Una vez que llega, el tiempo se pausa, el mundo parece detenerse por un momento, para luego continuar con su rumbo. Yoongi lo sabe, el amor y la relativ...