Capítulo 36: La familia crece

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Todo es oscuro, mi cuerpo pesa, puedo sentir como un cálido viento me acaricia, pero no me importa, estoy cansado, y se está bien así. No sé cuánto tiempo a pasado, pero esta calma y paz me relajan.

Justo ahora quiero seguir así, no pienso en nadie, en realidad deje de pensar, mi mente vaga y con eso es suficiente para mí.


Una luz tenue empieza a nacer a lo lejos, mi mirada enfoca arena y agua, haciendo que parpadee para tratar de ver mejor.

-Es hermoso como inicia un nuevo día, ¿no crees?

Por alguna extraña razón no me sorprendo al escuchar la voz de una mujer, giro mi rostro, viendo el perfil, ella ni siquiera me mira, su vista está puesta en el amanecer.

Su cabello le llega a la cintura, es lacio, color negro, su tez es blanca, como la leche, sus ojos son almendrados de color miel, su nariz es pequeña, debe tener unos 28 años.

Su ropa es ligera, consta de un vestido largo, color azul, es como un vestido de playa. Puedo ver la punta de sus dedos de los pies, por lo que debe estar descalza.

Me quedo un tiempo procesando lo que está pasando y dónde estoy, de pronto muchas imágenes saturan mi mente, me levanto, quedando sentado, me tomó la cabeza con mis manos, tratando de calmar mi respiración que está agitándose.

-La vida no es siempre dulce como la miel, -la mujer sigue hablando, quiero decirle que guarde silencio, pero no puedo, -debemos probar todos los sabores para que disfrutemos muchos platillos. Pero siempre tendremos uno favorito, no por eso lo amargo es malo, -por fin mi cabeza se calma, giro mi mirada hacia ella, dándome cuenta que ya tiene los ojos cerrados. -Hay chocolate amargo que a muchos les gusta, está lo ácido, el picante que hace a tu corazón y respiración acelerarse. En lo personal amo el picante. Y tú Harry Potter, ¿Qué sabor te gusta más?

-¿Dónde está Severus? -toco mi vientre sintiendo a mi bebé y suspiró aliviado.

-Creo que te gusta lo dulce, por el pasado que haz tenido. -Abre sus ojos y me observa directamente -Eso no es malo, mereces todo lo dulce, pero lo amargo hará que después lo dulce lo disfrutes más.

Sigo esperando una respuesta, pero no responde lo que dije, es como si nunca hubiera hablado, sin perder más tiempo me intento levantar, haciendo que ella suelte una risa suave.

-Aún no es tiempo, debes ser llamado. -Mi mirada es agresiva hacia ella, me está desesperando, en otro caso estaría interesado en su charla, pero necesito saber dónde está Severus.

-Algunos son privilegiados con ver el destino de las personas, con poder ayudar a guiarlos, se les llama de diferentes maneras, pero el propósito es el mismo, ayudar. -Su mirada vuelve a ponerse sobre el amanecer y de pronto aparece un rastro de tristeza. -Normalmente esas personas son las que más sufren, eso es duro, ¿no crees?

-¿Quién eres? -mi voz suena de forma tosca, pero no me importa.

-Eso no importa, tenías preguntas sobre porque puedes ver el hilo rojo de las personas. Y la respuesta nunca la sabremos, yo sigo cuestionándome lo mismo. Cada noche veo a un hombre mirarme a lo lejos, y sé que fue importante para mí, pero no sé dónde lo he visto. -Deja de hablar durante unos minutos, mientras yo veo mi hilo atado al meñique, -para unos es una maldición, para otros una bendición. Simplemente velo como una oportunidad de ayudar a los demás, sólo recuerda jamás contar lo que sabes, y menos decírselo a la persona que amas, porque podrías romper su hilo.

-Se lo dije, al hombre que amo, le dije sobre el hilo que nos unía.

Su mirada se fija en mi, mirando mi hilo, sin que yo lo espere toma mi mano, tocando el hilo, puedo sentir como cosquillas recorren mi mano.

Del odio al amor... sólo hay un pasoWhere stories live. Discover now