Un plan de acción

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Capítulo 4

—Esa idea no funcionaría. Nos pillarían enseguida, es muy arriesgada.

Andrea había acudido ya a cinco reuniones y seguían sin ponerse de acuerdo en que iban a hacer para sacar a Harry de su casa, o el día siquiera en el que lo iban a hacer.

Al principio había sido fácil, podrían haber conectado la chimenea de la casa a la red Flu y haberle traído directo a la Madriguera.

Pero una semana atrás Pius Thicknesse se había pasado al otro bando. Y eso generó un grave problema.

Habían amenazado con encarcelar a cualquiera que conectara su casa a la Red Flu, ubicara un traslador o entrase o saliese mediante Aparición. Y todo eso lo había hecho, en teoría, para proteger a Harry e impedir que Voldemort fuera a buscarle, aunque no tenía sentido, ya que el encantamiento de su madre se encargaba ya de esas funciones.

Lo único que había hecho en realidad era impedir que Harry saliera de allí de forma segura.

El otro problema era que Harry todavía era menor de edad y por lo tanto seguía teniendo activado el Detector. Cualquier magia que hiciera podría ser localizada. Con el ministerio corrompido por la presencia de mortífagos, los alcanzarían antes si quiera de haber tratado de escapar.

—¿Entonces que propones tú, Arthur? —preguntó Lupin un tanto enfadado.

El señor Weasley permaneció callado sin decir otra cosa. Había rebatido rápidamente la idea de Remus, pero Andrea sabía que por como trataba de enrollar la manga de su túnica, le avergonzaba no poder ofrecer otro plan.

Mientras la habitación se sumía en silencio, cada uno tratando de pensar en alguna otra brillante idea, Andrea se quedó mirando fijamente el gesto repetitivo del hombre.

Durante unas cuantas efímeras semanas había sido feliz como hacía mucho. Había podido disfrutar de los ratos que pasaba con Fred y vivir como una persona normal.

Había mantenido largas conversaciones con Remus sobre su madre, e incluso había asistido a su boda con Tonks, emocionándose porque por unos momentos la tensión se había desvanecido del aire y había sido ocupado tan solo por aplausos y celebraciones.

La habían dejado salir del apartamento y se había reencontrado con George, Hermione y Ron de nuevo, aparte de verlos en las reuniones que se sucedían cada un tiempo indeterminado para que no pudieran ser detectables.

Andrea sabía y temía que en cuanto rescataran a Harry toda esa paz y calma se desvanecería tan rápido como había aparecido, y entonces tendría que centrarse en encontrar los Horrocruxes, y eso significaba decirle adiós a Fred de nuevo.

Andrea alzó la vista de la túnica y miró al chico que tenía al lado. Admiró su perfil, a pesar de que en aquel momento estaba muy serio al mirar a Ojoloco, que planteaba nuevas ideas de las que no se estaba enterando.

Fred pareció notar que lo miraba porque se giró hacia ella y al verla su rostro se relajó formando una sonrisa, como si tratara de infundirle ánimos. Sabía que muchas veces aquellas reuniones la ponían nerviosa al escuchar todo lo que estaba sucediendo y ella no poder hacer nada.

Fred colocó su mano sobre su rodilla, Andrea no se había dado cuenta de que comenzaba a moverla con nerviosismo.

Un fuerte ruido en la puerta le hizo apartar la vista de Fred.

Segundos más tarde entró en la habitación Mundungus Fletcher jadeando del esfuerzo.

—Otra vez tarde—rugió Moody enfadado.

Andrea Bletchley y las reliquias de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora