Mariana:
Corro lo más rápido que puedo, y que me permiten mis pies por supuesto. Mi vista está borrosa ya que las lágrimas dificultan mi visión. Es de noche y hace algo de frío, aunque con esta corredera estoy entrando un poco en calor. Decidí contarles todo a mis amigos porque merecían saber la verdad. ¿Cómo reaccionaron? Pues, quisieron matarme pero los entiendo; no todos los días les dices a tus amigos de la infancia que mataste a una de nuestras amigas. Y lo más lindo es que fué por razones egoístas, muy egoístas de mi parte. ¿Y el colmo? O mejor dicho ¿Mi error? Que ella no pensaba hacerme daño, al contrario, me quería ayudar y yo no lo pensé mucho para matarla.
Miro varías veces hacia atrás para ver si me siguen aunque en el fondo sé que nunca lo harían, y si lo hacen es para meterme en prisión. Estoy dispuesta a aceptar tal castigo pero Yandra quería que mejora y eso voy a hacer. Hay unos buenos centros clínicos de psicología donde especialista me podrán escuchar y ayudar. Quedan a unas dos ciudades de esta, algo lejos. Llegaría más rápido si cogiera un avión o el tren pero eso sería arriesgarme a que me cojan. Sí, parezco una fugitiva o a lo mejor ya lo soy, depende de que decidieron ser mis amigos. "Amigos", no sé si aún lo son.
Para prevenir en todo caso decidí coger por la carretera antigua, por la cual casi nadie pasa. Me tomará mucho más trabajo que por la central, eso sí. Me detengo un momento, lanzo las mochilas que llevo conmigo y me siento en una pequeña piedra a descansar. Miro el reloj que llevo en mi mano izquierda y veo la hora: 12:00am. Debí haber citado a mis amigos para conversar más temprano, la conversación y leer el diario nos tomó como cuatro horas. Lo hice así con la intención de escapar por la noche ya que es más cómodo pero no me pensé que sería tan trabajoso. El cielo está muy bonito esta noche, está lleno de estrellas.
- Abuela lo siento tanto. No pude cumplir tus sueños y espectativas de mí. No sé si algún día pueda reparar todos los daños que ocasioné. La verdad es que un corazón no se repara tan fácil y menos tantos como los que rompí esta noche. –susurro mientras una lágrima cae por mis mejillas
Llevo las manos a mi cara para poder llorar mejor. Alrededor de mí no hay nada, así que lloro y grito con fuerza.
«Abuela»
«Yaisandra»
«Edén»
«Kevin»
«Hansel»
«Koga»
«Alexa»
«Yandra»
Les fallé a todos.
***
Después de desahogarme y comer algo seguí mi travesía. La carretera antigua no es muy concurrida pero de seguro alguien podría hacerme el favor de ayudarme. Llevo dos horas aquí y solo han pasado tres autos sin pararme pero voy a ser positiva. De seguro todos piensan que voy a suicidarme, por eso les dejé una nota en la casa abandonada para que no se preocupen, si es que lo hacen. ¿Algún día los volveré a ver? No sé. Pues si se han dado cuenta, en estos momentos no sé nada.
Veo una luz y hago señas para que sea lo que sea me para. Por suerte un camión para en frente mío. A la velocidad de la luz recojo mis bultos y subo en el asiento del copiloto.
- Buenas noches. –saludo
- Buenas noches. –dice el señor que no aparenta tener más de cuarenta años– ¿Qué haces sola a estas horas de la noche en un lugar tan solitario?
- Necesito ver a un familiar que está enfermo ya en sus últimos días y el resto de mi familia está de viaje. –miento con una sonrisa, me sale natural
- Lo siento.
- Tranquilo. ¿Hacía donde va? –pregunto
- A la capital. –responde
- Me sirve. –la capital está casi al otro lado del país y yo solo voy hasta unas ciudades, así que no hay problemas
El hombre me regala una sonrisa y arranca nuevamente el vehículo. Me da por mirar por el retrovisor y veo una figura familiar detrás de nosotros: Hansel. Él observa hacia todos lados hasta que posa su vista en el camión, lo que ya vamos lejos. No sé si me vió. Su rostro se vé triste y decaído, lo observó hasta que ya no puedo verlo más.
- ¿Estás bien? ¿Por qué lloras? –la voz del señor me trae de vuelta para darme cuenta que estaba llorando
Seco mis lágrimas y sonrío a la ventana.
- Nada grave, solo que pueden haber muchas consecuencias cuando elegimos mentir en vez de vivir nuestra vida, no importen los problemas que hayan. Y yo, las estoy sufriendo.
Nota de la autora:
Holis queridos lectores, aquí les dejo un extra. Capítulo corto y algo sentimental pero mostrando las cosas desde la vista de Mariana.Edén: ¡Asecina!
!Ya basta! –grito
Bueno si quieren más extras sobre la historia pueden comentar. Recuerden dejar su voto si les gusta la historia.
Besitos, mua😘
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¿Mentir o simplemente vivir? #concursocúmulos2024
Novela Juvenil¿Qué sucede cuando descubres que la amistad que tienes con tus mejores amigos se está acabando? ¿Qué pasa cuando te das cuenta de que no los conoces aunque sean inseparables desde niños? Estás y muchas interrogantes más existen en la cabeza de Alexa...