Capítulo 2

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Después de estar un par de días en La Madriguera, regrese a Grimauld Place, donde Kreacher limpiaba arduamente y yo intentaba quitar el tapiz de todas las habitaciones que podía, había logrado quitar el de mi habitación y el de la Sala de Estar, pero simplemente no lograba deshacerme del estúpido árbol genealógico de mi familia.
Había logrado deshacerme del cuadro de mi madre, lo había guardado en el ático y había logrado paralizarlo para que no gritara, hablara o se moviera en absoluto.
Estaba pintando mi habitación cuando escuché el timbre de la casa.
Baje las escaleras y al abrir vi a Remus mirándome con una sonrisa.
-Remus- le dije sonriendo y abrazándolo- pensé que no te vería hasta mañana.
-Bueno, debía ver que seguías viva- yo reí y lo hice pasar hasta la cocina- el lugar se ve bien.
-He estado trabajando duro en los muebles, ya no se ven tan anticuados- le dije- y logre quitar el tapiz de algunas habitaciones.
Hable con Remus toda la tarde, el me contaba que no había logrado mantener un trabajo en un rato, que todos eran verdaderamente injustos con los Hombres Lobo y que el no era la excepción.
-Es una condición que tu jamás pediste tener- le dije mirándolo- es tan injusto que te traten así.
-Tranquila Heather, estoy acostumbrado- me dijo el como si nada- debo irme ahora, nos veremos mañana para ir al Callejón juntos.

***

Estaba en la estación con Remus, Dromeda y Tonks para mi último año, Tonks iba para su quinto año, estaba muy emocionada.
-Cualquier cosa que necesites, de verdad Heather- me dijo Dromeda abrazándome.
-Lo sé primita, estaré bien- le dije y abrace a Remus- escríbeme.
-Todos los días si quieres- me dijo y beso mi cabeza suavemente.
-¡Heather! - al girar vi a Penny y a Conner acercándose.
-¡Chicas! - grite antes de abrazarlas.
Hable unos minutos con ellas en la estación y luego volví a abrazar a Dromeda.
-Quiero ser la primera en saber tu decisión- me dijo ella y yo asentí riendo.
-Lo sabrás en cuanto yo lo sepa- le dije riendo.
Subí al tren con Tonks, Conner y Penny, la primera se separó de nosotros en cuanto vio a sus amigos, y nosotras nos fuimos a sentar en el compartimento de siempre.
-¿Cómo estuvieron tus vacaciones? - me preguntó Penny cuando acomodaba mi baúl.
-Bien, algo laborioso- le dije y me senté- pero logré sacar casi todo el papel tapiz de la casa, solo no logré quitar el horrible árbol genealógico.
-Ya lo lograrás- me dijo Penny sonriendo- ¿Cómo está Bill?
-Bien, pase unos días con el en la Madriguera- le dije- después regrese a casa a avanzar lo más posible antes de regresar a Hogwarts.
Pase parte del camino hablando con las chicas, hasta que fui a buscar a la señora del carrito, donde me encontré con Bill y Alex.
-Heather- dijo Alex abrazándome por los hombros- casi no supe de ti este verano.
-Estuve ocupada- le dije riendo- ¿Cómo estuvo tu verano?
-Genial, fui a surfear con mi familia a Australia- me dijo el sonriendo.
-Eso es genial, explica tu piel quemada- el río y beso mi cabeza- yo también te extrañe Alex.
-¿Algo del carrito? - me pregunto amablemente la señora.
-Un pastel de caldero- dijo Bill antes de que pudiera pedir exactamente eso, yo lo mire sorprendida y aun más cuando no me dejo pagar.
-Iré a saludar a las chicas- dijo Alex- los veo ahí.
Alex se fue y Bill me dio el pastel que me había comprado.
-¿Cómo lo supiste? - le pregunté riendo un poco.
-Te conozco- me dijo riendo- has pedido lo mismo por 7 años, siempre es un pastel de caldero y luego regresas por un par de ranas de chocolate, una para ti y una para mi...
-Para celebrar el inicio de curso- le dije sonriendo.
El sonrió y paso su brazo por mis hombros comenzando a caminar hacia mí compartimento.
Entramos y todos reían, nos unimos a ellos y de un momento a otro me di cuenta que este sería mi último tren a Hogwarts para iniciar el año.

-Bienvenidos a un nuevo año- en el Gran Comedor, las chicas y yo nos habíamos sentado juntas.
Dumbledore dio su discurso de cada año, recordando los lugares que están prohibidos, dando la bienvenida a los alumnos y maestros y de más.
Cuando la cena comenzó, las chicas no paraban de decir sus planes para cuando salieran de Hogwarts, pero yo no quería ni pensar en eso.
Por años Hogwarts había sido mi hogar, el lugar en el que verdaderamente había sido feliz, gracias a las personas que ahora hablaban ilusionados por irse de aquí, no sabía si me sentía excluida porque no sabía que haría saliendo de Hogwarts o por el hecho de que muchos de nosotros tomaríamos caminos completamente diferentes y probablemente no nos volveríamos a ver.
-¿Todo bien? - me pregunto Bill, yo lo mire exaltada.
-¿Cuando te sentaste aquí? - le pregunté y el río un poco.
-Llevó toda la cena aquí, y no has hablado en toda la noche- me dijo y yo suspiré, recargue mi cabeza en su hombro y el puso la suya sobre la mía.
-Tengo miedo- le dije sin mirarlo- no se que será de mi futuro, no se si... Tengo un buen futuro, y todos se irán, probablemente lejos de aquí, y yo me quedaré estancada.
-Hey, tu no te quedaras estancada- me dijo y yo lo mire, quedando a pocos centímetros de su cara- Eres la persona más especial que conozco Heather, llegaras más lejos que cualquiera de nosotros.
El me sonrió y yo lo imite, no se que haría sin Bill, todos estos años había sido mi mayor soporte, siempre había estado ahí para mi, y conociéndolo llegaría lejos.
-Gracias- le dije y el paso su brazo por mis hombros.

Heather BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora