El sueño le duro poco, Melina volvió los pies a la tierra con bastante crueldad, no se permitiría ceder, ya no podía, ambos ya no eran lo que fueron.
—Si ya conseguiste lo que querías responderás mis preguntas —dijo con un dejo de frialdad en la voz alejándolo de ella de un empujón —. ¿Cómo sabes lo del complot?
El dolor en los ojos de Kay era palpable, pero no reclamó. La había vuelto a besar, y con anhelo y alegría había comprobado que aunque ella lo negara aun lo amaba tanto como él.
—Te extrañé... — dijo con un dejo de esperanza. No hubo respuesta — ¿tú no?
— ¿Qué esperas que te diga? —Preguntó molesta — ¿Cuál es la respuesta que buscas? —como un torrente fue dejando salir todo lo que tenía en el pecho atacando sin piedad— Ya hiciste tu vida, me dejaste atrás, ¡¿Porque vuelves ahora a intentar desenterrar todo como si nada hubiera pasado?! Estas demente si piensas que entre nosotros todo es como antes y que correré a tus brazos como una boba —escupió furiosa —. No Kay —aseguró —, esa boba ya murió hace mucho tiempo.
—No digas eso Mel, yo no sabía...
— ¡¿No sabias?! Porque mejor dices que ¡No quisiste saber!
—Mel...
— ¡Expulsaste a Zafrán, Kay! —exclamó furiosa —Lo expulsaste, ¿y por qué? ¡Por informarte que me había encontrado! ¡FUISTE TÚ QUIEN NO QUISO SABER DE MÍ! Y ahora te apareces y haciéndote a la víctima ¿quieres que corra a tus brazos? —explotó. Aunque su corazón gritara lo contrario, su dolor y resentimiento fueron mayores — ¡Te negaste a la verdad! —y tomando un respiro dio la estocada final — ¡Ahora soy yo quien no quiere saber de ti!
—No digas eso por favor... ya no me tortures más.
—Ya hice mi vida Kay —dijo mirando a la nada —. Tengo tranquilidad, paz, y una familia que pienso proteger de todos, pero sobretodo de ti —completó mirándolo con el mayor desprecio posible —. Pero hay algo que siempre quise preguntarte, tengo curiosidad —y mirándolo directo a los ojos le hizo la pregunta que la carcomía por dentro — ¿Por qué no quisiste saber de mí? ¿Tan buena amante te compraste que ya nada importaba para ti?
La pregunta lo dejó helado, la intrigante mirada de su amada lo estaba matando. No sabía cómo responder. Ni el mismo lo sabía. ¿Qué decir? ¿¡Que hacer!? Tenía una muralla frente a él. La hermosa mujer que veían sus ojos era una completa desconocida que muy en el fondo escondía y encerraba los restos de la mujer que tanto amó. Sabía que ella aún lo amaba, pudo sentirlo en ese beso aunque ella lo negara. Debía llegar a ella, tocar su corazón nuevamente.
—Mel... —susurró —. Te amo —dijo sin obtener más que una gélida mirada —. Dime que aún tengo oportunidad de recuperar tu corazón, dime que no he perdido todo —suplicó atrapando una de sus manos para llevársela a los labios y besarla con vehemencia.
—Es una vida la que has perdido —respondió mirándolo sin oponer resistencia. Podía sentir claramente la tibieza de sus labios en sus nudillos y su cálido aliento recorrer cada uno de sus terminaciones nerviosas brindándole una nostálgica y cálida memoria de tiempos pasados —. Hemos cambiado Kay —replicó arrebatándole su mano poniendo distancia entre ellos —en estos pocos años ambos hemos rehecho nuestras vidas.
— ¿Estas saliendo con alguien? —Preguntó sin poder evitar que sus celos locos salieran a flote — ¡¿Zafrán?! —casi escupió el nombre furioso.
—Mide tus palabras Vretos —amenazó con una gélida mirada —. Le debo la vida, así que no lo metas donde no sabes.
— ¡¿Que?!
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El despertar del Dragón
Novela JuvenilSegunda parte del libro "Enamorándose del demonio" Muchas verdades no han sido dichas, muchas historias no escuchadas. Ha llegado el tiempo de conocer la verdad, de saber quienes son en realidad, y de aceptarse o negarse. De odiarse... o amarse. K...