Hakkai es una chica con un cuerpo completamente curvo, buen busto y buen trasero, cada parte de su cuerpo es aclamado por un hombre diferente y cada parte de su cuerpo es envidiado por una mujer que se siente inferior
Takashi no está para nada feliz...
Takashi y Tadashi Mitsuya son hermanos gemelos, Tadashi vuelve a casa después de haber terminado sus estudios pues si, el era todo un genio y siempre estuvo fuera de la ciudad; claro ahora era diferente y se encontraba en casa compartiendo momentos de familia con sus hermanos
O eso intentaba
Los Mitsuya lo rechazaban mucho, no por ser descortés o crueles simplemente no se adaptaban a la idea de tener a un hermano mayor
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Takashi se encontraba en su habitación, se mantenía ocupado desde que comenzó la semana de exámenes, su madre estaba trabajando como siempre y las niñas se encontraban en la casa de unas compañeras/amigas por lo que entendía las infantes no volverían hasta mañana pues estarían en una especie de pijamada y la madre de las amigas se encargarían de ellas para ir a la escuela
Tadashi estaba aburrido mirando el techo, sus ojos se mantenían entre cerrados y sus labios hacían una mueca, no había nada que hacer y aún no conseguía trabajo, a final de cuentas ya estaba capacitado para ser cirujano a pesar de tener tan solo dieciocho años, pero, por el tema de su edad su solicitud como docente era dejada para el final y eso lo traía ahí, sin nada que hacer más que mirar la televisión que hace rato le aburrió
Mientras el mayor de los Mitsuya estaba pensando en que hacer para comer se escuchó la puerta ser tocada con un fuerte grito que lo hizo sentarse abruptamente en el sofa
─── ¡TAKA-CHAN VAMOS A JUGAR! ───
El grito fue fuerte y claro al grado de que hizo al chico sorprenderse, sin duda era una chica por la voz tan aguda que tenía pero aún así sin duda sus pulmones eran fuertes y saludables no cabía duda en eso
Tadashi se puso de pie y comenzó a caminar hacía la puerta, por lo que escucho lo llamaba a él o a su hermano aunque la segunda opción era la más segura y acertada, aunque, analizando mejor la voz se le hizo bastante familiar
─── vaya, que linda eres ───
Soltó de la nada el chico de ojos verdes al abrir la puerta, mirando sorprendido a la hermosa chica de mirada azul y cicatriz en los labios que aunque estuviera ahí no lucía nada mal, era alta, demasiado alta, la chica seguro sobre pasaba los 1,80 cm. Y ni hablar de su figura, sus pechos y caderas sobre salían dando la tan famosa figura de reloj de arena, sus piernas eran también bastante largas, lisas pero firmes con buenos muslos y sus ojos tenían un hermoso color azul índigo con un brillo único, llevaba una blusa negra de manga larga que dejaba ver su cintura, una falda a la mitad de sus muslos del mismo color y unos calentadores blancos hasta la rodilla y su cabello estaba suelto, le llegaba un poco más abajo de los hombros pero sorprendentemente era de un azul exactamente igual a el de su ojos
