Capítulo V: La Ciudad frente a la Montaña

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Drasian, el primer poderoso asentamiento de Luction, es sino un pequeño recuerdo de una antaño gloriosa época en la que los Ancestros, los primeros, residían dentro del cuan otrora fue un continente. Alrededor de los bosques, e incluso sobre las diversas praderas, aún quedan ruinas de las ciudades construidas hace muchos lejanos siglos. Con el pasar del tiempo, lo que era una extensa región continental, fue absorbida por el agua del fiero océano, y de tal manera concluyó convirtiéndose en nada más que una enorme isla pérdida de la mano del hombre mundano.

El olor a leña se unía armoniosamente con un aroma de comida fresca, y  entre los árboles quedaba escondida una cabaña, su arquitectura arcaica resultaba desconocida ante Richard y Rosse. Las paredes hechas de piedra, sin embargo grandes y cuadradas, encajaban a modo de ladrillos, en ellas habían tallados símbolos, letras y espirales asimétricas. Aquello eran runas, trazos del estilo vikingo. El techo lucía con claridad bastante rústico, pero recubierto por un tipo especial de barniz (que ya no es común hoy día), otorgando un color opaco a la madera, a primera vista luciendo más similar a un tronco que a un tablón. Lograron apreciar que, rodeando la cabaña, eran extendidas flores blancas, y estas parecían fantasiosas, pues poseían un diseño idéntico al de las rosas pero con el centro de un girasol, todas desprendían una especie de polen y estaban enredadas en los árboles. Habiendo admirado tal precioso lugar, Rosse bajó a su primo y lo sentó junto al umbral de la vivienda, para seguido golpear la puerta. Al principio guardó un pequeño silencio, debido a la súbita idea de que allí viviera alguna persona con malas intenciones. Por motivo de sus heridas, ninguno de los dos sería capaz de defenderse si ese fuera el caso. Habiendo golpeado la puerta podía lograr que su residente la abriera, y  dada la situación en la cual advertían peligro en este, los dos mantendrían el mencionado silencio para dejar imaginar al individuo de que fueron simples animales, escondiéndose ambos tras alguna cobertura próxima. Cuando Rosse estaba por pronunciar palabra, luego de esperar y observando que todavía el supuesto residente no salía, la puerta se abrió. Desde dentro del hogar, una señora con avanzada edad dirigió la mirada a los jóvenes heridos y, al ver el estado de los dos, les permitió ingresar para tratarlos adecuadamente.

Tras saludarles, la mujer se presentó con el nombre de Hiyori Ikky, y aun a pesar de cuan extraña era la situación, ella actuaba de una manera muy calmada. Mantuvo una breve conversación con Rosse, y al cabo de unos minutos pronunció ciertas palabras a destacar: “Deben de estar muy confundidos, pero en cuanto se encuentren mejor para poder defenderse,  les mostrare el camino a la ciudad”; con esas palabras un alivió requerido aterrizó en el interior de Richard, pensó que acabaron cerca de un centro urbano. Aunque le resultaba curioso el hecho de que pudieran comunicarse a través del mismo idioma, pues el nombre era japonés y tal vez estaban en alguna isla del territorio de Japón. Atribuido a esta inquietud, preguntó: “¿Podrías contarnos qué lugar es este y en qué continente estamos?”. Allí Hiyori les sonrió, no por maldad ni por ironía, era simplemente porque a su edad nunca pensaba que conseguiría presenciar algo así. Les explicó en donde estaban hospedados, brindándoles una sencilla oración: “Es la isla más alejada del mundo contemporáneo y mundano”. Guardó los detalles para más adelante, cuando los Regnal pudieran tomarse su tiempo de reflexión, en vista de que primero debían sanarse, y sobre todo porque una noticia así podía ser demasiado repentina. Transcurrieron varios días, en los cuales la mujer les compartía alimento y refugio, también les trató sus heridas con ungüentos y coció la rajada de la cual Richard sufría adolorido en la pierna. Entre una eventual ocasión, comentó que vivía allí a causa de las flores, era aquel ambiente lo que mantenía la vida en ella, de manera literal. Las flores son las llamadas Gylltr; estas no pueden ser replantadas por manos humanas, y crecen en lugares determinados. Son plantas especiales con propiedades medicinales que liberan partículas curativas en el aire, aplicadas en la isla para sanar enfermedades muy escasas pero mortales.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2022 ⏰

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