Dos Contra El Mundo (ToddBlack)

Único Capitulo.

—¡No! ¡No! ¡No! ¡No! —Gritó Todd al recibir el reporte de sus hombres. Con gran furia y dolor azotó el vaso de whisky que tenía en sus manos. Rápidamente salió de su habitación, tomó las llaves de su auto, su billetera y salió corriendo del hotel dónde se hospedaba.
Todos hicieron una leve reverencia al verlo, pero él solo empujaba a cualquiera que se le atravesara, tenía algo urgente que arreglar.
En cuánto tomó su coche lo manejo a toda velocidad, pasando altos que más adelante pagaría sin ningún problema pero ahora era más importante resolver aquel asunto, mientras maneja su corazón estaba latiendo tan rápido que sentía que en cualquier momento se le saldría. Estaba dudando demasiado y el volante estaba húmedo. Jamás se había preocupado por nada como ahora.
Cuando llegó al callejón dónde sus hombres habían acorralado a Black inmediatamente sacó el arma que traía en su auto y les disparó a todos con puntos certeros; miró el cuerpo de Black completamente golpeado y bañado en sangre, estaba casi muerto e irreconocible. Él no quería esto, él no quería que esos idiotas lo dejaran de esta manera, él solo quería recuperar los documentos que le había sacado de su habitación, pero nada más. Él solo quería convencerlo de que con su poder y la fuerza de Black podrían cambiar al país, pero ambos pensaban diferente.

Tomó a Black entre sus brazos, necesitaba llevarlo a un hospital cuánto antes. Corrió tan rápido como el peso de su mejor amigo se lo permitía. Se estaba arrepintiendo tan miserablemente, ¿como es que habían llegado a esto? Recordaba el pasado y aunque eran pocas veces, siempre podía recordar la sonrisa de Black, sonrisas sinceras y pláticas amenas. Eran dos contra el mundo, los dos querían cambiar las patética leyes de su país, pero...

Todd recordó su maravilloso pasado, uno en el que involucraba a Black.

Ellos se conocían desde pequeños junto a White, su hermano gemelo, pero a pesar de que White era más cálido, siempre supo que Black era especial para él.

No importaba a dónde fueran, siempre estaban juntos incluso después de que su hermano se fuera. Tenían una conexión especial, no una tan fuerte como la tenía con su hermano menor y gemelo White, pero si era demasiado especial.
Todd no era tonto, él siempre supo que su cariño no era de amistad, si no que estaba enamorado de él, así que siempre lo invitaba a su casa para ver películas o simplemente pasar el rato, y en varias ocasiones se robaban uno que otro beso y hasta algunas caricias de más, pero nunca llegaron a nada...

O al menos hasta esa noche en la que Black había descubierto lo corrupta que era su madre, lo cruel que era como para culpar a un ser inocente y condenarlo para siempre o al menos eso le había dicho. Su madre había condenado como narcotraficante al padre de Sean aún sabiendo que era inocente. Había entrado a la oficina de su madre porque necesitaba unas notitas, pero encontró documentos que la familiarizaban con Tawi y otros tipo de la línea vip.

Esa misma tarde que descubrió a su madre se peleó bastante fuerte con ella y negó ser su hijo,logrando independizarse e irse de aquella casa que lo asfixiaba. Estaba tan dolido y solo quería desahogarse y la primera persona en la que pensó fue en Todd así que fue hasta su casa para verlo, cuando llegó, corrió hasta él y al verlo tomar, le quitó la botella y tomó un gran sorbo de whisky y luego lo besó.

—Quítame este dolor, Todd. Ayúdame a olvidar.

Lo admitía, Todd estaba en shock. El fuerte e independiente Black estaba triste, enojado, decepcionado y bastante dolido. Quería hablar con él, preguntarle que tenía, pero Black no lo dejó.

—Hablemos después, hoy te necesito. —Le susurró Black en el oído.

A la mierda...

Pensó. Se dejó llevar ante los besos y las caricias de Black. Él estaba enamorado y su mejor amigo gustaba de él y se lo hacía saber. ¿Era un sueño? No, definitivamente ese pellizco que se dió disimuladamente le confirmó que no lo era.