• ɪɴᴏᴄᴇɴᴄɪᴀ + 18 🔥》 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧 •

Capítulo 1

—__________ sal de la piscina.

Rodé los ojos cuando escuché a mi madre, había pasado la tarde en el salon de belleza e imaginé que no era una sorpresa a su edad yo también lo haría.

La ignore olímpicamente y asomo su cabecilla por detrás de la puerta de la cocina.

—No te lo repetiré dos veces ¡ obedece ! —grito con autoridad.

Con un demonio esa vieja me tenía hasta las pelotas, me salí apresurandome para secarme y atravesé la puerta de la cocina.

Ella comía una manzana con naturalidad me estudio con la mirada y entrecerre los ojos con sospecha.

—Las vacaciones de verano están por comenzar.

Asenti y ella vaciló.

—Estaba pensando en que ... tomaras un curso.

—¿Un curso de que?—enarque una ceja.

—Biologia, Literatura algo asi.

—Por favor mamá, tengo cosas más importantes que hacer.

Ella apretó los labios.

—¿Como que hija? Vagar por allí con tus amigos.

—Me parece más recreativo que pasar horas con algún vejete aburrido fanático de Shakespeare o con complejo de Cientifico.

Ella rodó los ojos y bufo.

—Demasiado tarde para que decidas ya te pague unas clases.

Puse los ojos en blanco en verdad me había tomado desprevenida, sonrió ante mi reacción.

—¿Sobre que madre?

—La biblia y literatura.

—¿¡La biblia?! Estas loca?

Ella negó.

—Es un hombre nuevo en el vecindario e imparte clases en su casa, empiezas mañana.

—No me jodas mamá.

Ella enarco una ceja.

—Cuida ese tono conmigo.

Bufé y subi las escaleras directo a mi habitación, me deje caer en la cama antes de telefonear a Sasha.

—¿Que haces?—pregunté.

—Chateando con Nicco es todo.

—Que crees, mamá me pago unas clases de verano con un vejete.

—No juegues ¿clases de que?

—Dios, literatura o alguna boludez de esas.

Ella se burló ante el atrevimiento de mi madre.

—¿Cuando empiezas?

—Mañana, vaya manera de empezar el verano ¿no crees?

—Que lo digas, tu mamá está de cuidado.

Me provocó una risa y colgué.

Mi madre me despertó la mañana siguiente con una urgencia tremenda, su intención era preparar unas galletas para mi maestro como "detalle de bienvenida"  lo cual me pareció algo muy estupido.

—¡ No olvides las chispas de chocolate !

Afirme con un sonido y me apresure a tomar mi bolso, mi mamá era una pesadilla.