Capítulo 23. Los boletos.

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     En cuanto abandonamos Holling le pedí a Rachel que fuera a Best Buy, tenía que ver a Ronald, darle el mensaje de su padre y el sobre que me dio para él

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En cuanto abandonamos Holling le pedí a Rachel que fuera a Best Buy, tenía que ver a Ronald, darle el mensaje de su padre y el sobre que me dio para él. Me consintió y me llevó rumbo a la tienda tecnológica que estaba bastante cerca de la constructora.

Rachel entró al estacionamiento, pero en lugar de dejarme enfrente de la tienda fue en busca de un sitio donde aparcar y apagar el coche. La miré confundida mientras desabrochaba mi cinturón y me miró como niña descubierta en plena travesura.

— ¿Qué?, quiero ver las portátiles, la mía ya no está funcionando bien y sabes como la utilizo para mis planos.

Asentí con recelo.

—Como digas.

Hacía un buen día, los rayos del sol estaban presentes a pesar de no tener un cielo despejado y el aire era menos helado que hace unos días. Entramos a la tienda mirando que como siempre, jamás estaba vacía, algunos comprando televisiones, móviles, y todo tipo de cosas electrónicas.

— ¿En dónde está nuestro vendedor favorito? —preguntó Rachel muy divertida y pícara.

Sonreí un poco ruborizada.

—Debe de estar ocupado, ve a preguntar por las portátiles.

—Ya entendí, quieres deshacerte de mí para encontrarte con tu galán —comentó Rachel muy indignada pero al final se fue.

Me reí y me fui en busca de Ronald, tenía que estar escondido por alguna parte y no sería nada fácil dar con él. Me encontraba en el área televisión con la esperanza de hallarlo y aún no tenía éxito.

Pero sin darme cuenta mi vista se oscureció de un segundo a otro, alguien usó la palma de su mano para taparme mi visión, en vez de alarmarme, sonreí al percibir ese calor que podía reconocer el cualquier lugar, su aroma estaba tan cerca y su respiración en mi cuello. Era él.

—Ronald —lo llamé sin dar una respuesta errónea.

Quitó sus manos y las deslizó por mis brazos.

—Te vi desde que entraste a la tienda princesa, ¿Qué haces por estos rumbos?

—Quería venir a verte.

—Oh, que dulce, pero me refería a... está área.

¿Televisiones?

—Quería encontrarte —respondí.

Él asintió y yo me di vuelta para verlo.

—Aquí me tienes —dijo con una sonrisa coqueta.

Sonreí pero al ver su encantadora sonrisa y su humor de en sueños desaparecer para tornarse a una expresión oscura, lo entendí.

—Ahora dime, ¿Qué dijo?

2º COLISIÓN: para siempre te protegeré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora