S I N O P S I S:
Venganza, ocho letras que Daenhyung conocía a la perfección desde la muerte de su padre, acontecimiento que lo ha perseguido durante doce años.
Hasta que decide mudarse a Londres con su primo en busca de Christopher Davies, mejor c...
Recuerda que leo y contesto absolutamente todos sus mensajes 📖✨💖🦋
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Ahora si, espero que lo disfrutes mucho y a leer.♥️
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El sonido de la cortina se hizo presente al igual que los rayos del sol en mi rostro provocaron que un gruñido de fastidio salga de lo más profundo de mi ser.
-Buenos días dormilona. - la voz suave de Mildred no sonaba nada relajante cuando se trataba de despertarme.
-Es sábado. - me queje escondiendo mi rostro en la almohada.
-Se perfectamente en que día vivo Ada, pero tú padre te espera para desayunar. - y sin más se tomó el atrevimiento de jalar mi sabana.
- ¡Mildred! - alcé la voz amenazante. - ¿! Como te atreves ¡?-
-Así quiero ver que le contestes a tu padre en el comedor -me reprocho. - Tienes cinco minutos para bajar y quitarte ese mal humor jovencita. –
Bien creo que el sueño donde besaba a Harry Styles tendrá que esperar.
Me estiré, pase a mi baño a mojar mi rostro con agua fría para despertarme y sin más baje donde mi padre y mi hermano se encontraban tomando el desayuno. Arque una ceja al ver un lugar más además del mío puesto en la mesa.
-Buenos días cariño. –
Como siempre portando un traje esta vez color verde militar que le sentaba bien, lo hacía ver una persona tan costosa como de costumbre. - ¿Cómo puedes estar tan arreglado a las ocho de la mañana? –
-Trabajo es trabajo. –
- ¿Esperamos a alguien más? - al parecer mi padre estaba tan concentrado en su periódico que no escucho mi pregunta.
-Ada. - la voz de mi pequeño hermano de alguna manera u otro evito que fulminara a papá. - ¿Me pasas la miel? Esta en la cocina y no puedo comerme mis wafles de Mickey sin ella. –
Sonreí asintiendo, de todos modos, pensaba ir a servirme un poco de jugo, porque al parecer los glotones de mi familia ya se lo habían terminado.
Abrí la puerta para entrar a la cocina, una de las muchachas Margarita me saludo sonriente a lo cuál le devolví el saludo. -Buenos días Margarita. –
