Capítulo 3

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Aina Ivanova

Después de ir al doctor junto a mi mejor amiga Alexa, la invito a pasar a casa para platicarle sobre la triste noticia que me dio el Greystone, y que no he podido decirle a Sebastian.

Invito a que se siente en el sofá mientras voy por un poco de agua para tomar mis medicamentos. Regreso con las bebidas y le ofrezco una soda a Alexa.

—Me contarás el por qué tuviste la recaída —Ale esta impaciente y preocupada por la recaída que tuve.

Le doy un sorbo a mi bebida y de inmediato la refrescante agua me tranquiliza un poco. Dejo el vaso de vidrio sobre la mesa y la miro.

—Mi última visita con Greystone no me fue del todo bien... Me dijo una mala noticia.

Mis palabras ponen en alerta a la joven chica que conocí en la universidad, y que, gracias a ella conocí a Sebastian.

— ¿Qué te dijo? ¿No te estas recuperando?

—No es eso. Mi tratamiento va de los mejor gracias a los medicamentos.

— ¿Entonces que sucede? Dime, porque me estoy preocupando.

Le tengo completamente confianza a Ale, ella sabe todo de mi (mi falsa identidad). Aun así, me cuesta decirle la noticia.

La mirada de Ale me dice que le explique las cosas ya.

—Recuerdas que te comenté que Sebastian y yo decimos tener hijos y que estamos intentándolo —le pregunto.

—Si, lo recuerdo.

—Pasó un mes y yo no quedaba embarazada, me preocupe y fui a ver a Greystone para realizarme un examen... Matthew me dio la mala noticia de que no podre ser madre —Ale se sorprende por la noticia, pero antes de que opine continuo. —El día del accidente una barra de metal perforó mi vientre y tras las cirugías que he tenido me es imposible concebir hijos. Es riesgo para mi salud e incluso la de mi hijo.

Las agrias palabras se me atoran en la garganta, se me hace un nudo y de inmediato los ojos se me humedecen.

—También me recomendó el cuidarme. Si logro embarazarme mi vida corre peligro... Y, no sé como explicarle a Sebastian que no puedo darle hijos.

Sin poder contenerme lloro, me es imposible contener el dolor. Todo lo arruine, la excelente vida que estaba teniendo la dañe, siempre soy yo la del problema.

Ale llora conmigo y sin dudarlo me abraza y me consuela.

—Lamento la mala noticia amiga... Ahora entiendo todo.

Ale sabe lo importante que es para Sebastian el ser padre. Ahora comprende mi desesperación.

—No sé cómo decirle a Sebastian. Lo decepcionaré.

—No, no digas eso Sharon... Sebastian es un gran hombre y entenderá. Eres su verdadero amor, te lo a demostrado. Él debe entenderlo.

— ¿Y si no lo comprende?, ¿Y si enoja?

—No tiene porque enojarse. Se casaron por amor... Recuerda, en la buenas y en las malas. Sebastian te a ayudado en tu tratamiento, te cuida, te ama y eso es suficiente para superar esta noticia.

Sus palabras me reconfortan un poco. Ella tiene razón, Sebastian es comprensible y puede que lo tome bien.

Dejo llorar y entra ambas encontramos la manera en como le daré la noticia a mi esposo.

Después de una larga platica Ale se va a su casa y yo me quedo preparando la cena para Sebastian, hace unos minutos me mando un mensaje diciendo que ya viene a casa.

Falsa Identidad: Amores que hieren (2do libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora