• ɪɴᴏᴄᴇɴᴄɪᴀ + 18 🔥》 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧 •

Capítulo 7

Cuando desperté el no estaba, joder había olvidado la hora que era y mi deber de asistir a los putos cursos de verano.

Me bañe y me prepare lo más rápido posible, me dolía el coño y las piernas, visualize un hilo de sangre entre mis muslos, era cierto y lo había olvidado.

Si no hubiera sido por ese puto dolor hubiera pensado que lo ayer había sido un sueño húmedo o una pesadilla tal vez.

Corri por los pasillos de la escuela para mi siguiente clase con el Director Smith y cuando llegue esta ya había terminado.

—Lamento no haber llegado a tiempo yo .. no me sentía bien hoy.

El asintió.

—No te preocupes—respondió el tranquilamente.

Una idea me llegó a la mente y sonreí.

—Director Smith yo .. quiero hablar con usted sobre lo de ayer.

Miro a sus alrededores antes de afirmar.

—En mi oficina.

Asentí y esperamos a que todos salieran para caminar hasta allí juntos.

Cuando llegamos cerró la puerta con seguro y me ofreció tomar asiento en la silla vacía frente a su escritorio.

—En realidad yo .. temo por mi madre.

Sus cejas casi se tocaron.

—¿A que te refieres?

—No se si Rivaille es una persona peligrosa y .. sea capaz de hacerle daño.

Erwin sonrió intentando esconder una burla pero en segundos mantuvo la compostura.

—Tu madre no está en peligro ¿El no te lo explicó ayer?

Yo negué.

Suspiro y pensó en algo antes de hablar.

—Tal vez él es la persona más adecuada para decirte esto pero debido a tu preocupación lo haré yo—hizo una pausa—La familia de Rivaille está relacionada a la mafia es todo, el no es un mafioso si eso crees, su hermana si pero ... es una larga historia que el podría contarte.

—¿Usted lo es?

—¿Que cosa?—pareció confundido.

—¿Es peligroso? ...

Sus ojos azules resplandecieron y una sonrisa se formó en sus labios carnosos.

—Solo cuando es necesario .. o cuando me lo piden.

Ahogue un suspiro.

—No sería capaz de hacerme daño ¿verdad?

Estaba jugando a algo muy sucio, muy muy sucio, él se levanto de su lugar y camino hacia mi quien lo miraba desde mi silla con los ojos más angelicales que podría hacer.

—Solo si tu quieres ..

—Yo ... aveces soy muy mala justo como ayer, creo que Dios no perdonaría mis pecados y necesito un castigo.

—¿Quieres que te castigue?

Me mordi el labio y asentí, el acaricio mi cabello, una caricia sutil y erótica que me provocó escalofríos.

—Aveces tengo la boca llena de muchas palabras y .. me gustaría llenarla con algo más.

—¿A que juegas niña?—preguntó demandante.

Me percaté de la erección que sobresalía de sus pantalones, Rivaille ya me había profanado así que ahora me importaba una mierda meterme con quien quisiera.