La Weasley diferente y en Durmstrang

Bebes en camino.

- Vamos apúrense – grito mama desde abajo.

Hoy decidió que sería el día de ir a comprar los útiles de mis hermanos, también dijo que los acompañara por si habían mortifagos en el camino.

Me complico un poco, porque aún no me presentan como una mortifaga y que me vean peleando contra ellos... simplemente no sería bien visto.

- ¿Por qué te vistes así, Anto? – me pregunto Ginny.

- Desde que revele mi identidad no puedo salir normal – me excuse y en parte no es del todo mentira.

- Cuando sea grande quiero que todos me reconozcan – dijo.

- ¿Ya están todos?

- Si, mamá.

Todos fuimos al callejón Diagon, aunque al ver a los chicos de Slytherin, me disculpe con todos y me acerque a ellos.

- Así, que ¿Dando un paseo?

- ¿Antonella? – pregunto Blaise.

- La única.

- ¿Por qué estas así, vestida? – pregunto Pansy.

- Es que no puedo salir normal desde que revele que soy Anto W.

- Aunque, no camuflaste tu nombre – dijo Draco.

- Lo sé, pero no se me ocurrió otro. Pero debo irme, mama me matara si sabe que deje a los demás solos, y soy muy joven para morir. Salúdenme a Theo – dije, los abracé y me fui.

- ¿Dónde estabas Antonella? – me pregunto Ron cuando llegue.

- Por ahí.

- Esa no es una respuesta Antonella – soltó Fred.

- Bien, vi algo para mis ahijados... bueno futuros, pero al verlo no pude resistirme.

- ¿Tendrás ahijados? – preguntaron todos los Weasley presentes.

- Si. Pensé que ya lo sabían, mama siempre dice las buenas noticias a todos y tomo esta como una buena.

- ¿Ya compraron todo? – pregunto mama llegando.

- Si – respondieron todos al mismo tiempo.

Llegamos al cuartel y esta vez no me salve de limpiar.

- ¡Ja! Esta vez no te salvaste – dijo George en tono burlón.

- No esta vez no, suficiente tengo con limpiar donde vivo.

- ¿Dónde vives?

- En un apartamento que rente cerca del ministerio.

Ayer había sido luna llena, por lo que cuando Lupin entro, se veía cansado, demacrado en algún punto.

Me acerque a Ron y le susurre:

- ¿Me dijiste que él tenía licantropía?

- Si, ¿Por qué?

- No, nada.

La verdad, desde hace algún tiempo, tengo pensado hacer una poción que en vez de solo darle conciencia mientras están transformados, que cure la licantropía. Obviamente será tardado y difícil, pero nada es imposible.

En eso entro un patronus con forma de un oso.

- ¡Antonella, Antonella! Ya van a nacer... Me está faltando el aire, pero eso no era lo que iba a decir... ¿Qué iba a decir?... Cierto, ¡Ven! Avísales a Viktor, Esteban, las chicas y a Sebas... También a Akira. Te espero – dijo y el oso desapareció.