Un año ha pasado desde que Jin Ling asumió el liderazgo de la secta Lanling Jin.
"Arreglar lo que otros hicieron", en esto se resumía su año.
Y no había tenido problemas tan graves... bueno, solo hasta ahora.
- "Joven amante", cuando te llamo de esa...
Advertencia: Prostitución forzada. Para cuando la campaña para derribar al sol sucede, Wen MeiLing (Jin MeiLing) tiene 15 años. En la linea actual, ella tiene entre 38-39 años.
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"Hace muchos años, antes de la campaña para derribar al sol, la familia Liao era una de las familias más ricas y prestigiosas del momento, estando a la cabeza en el comercio de jade y telas finas en toda la región".
O bien, eso era lo que todo el mundo sabía.
Los arraigados secretos que rodearon a esa familia de comerciantes solo fueron conocidos por un número exclusivo de personas. Entre ellos la servidumbre de la familia o sus leales socios.
Para un hombre de negocios cualquiera, el tener entre sus clientes a una destacada secta era uno de sus mayores objetivos. Por esto, el señor Liao aceptó un intercambio para conseguir un trato rentable con una de las sectas mas ricas en ese momento: LanLing Jin.
La vida de su hija, Liao Yun, siempre estuvo rodeada de privilegios y vacía de todo tipo de carencias. Para sorpresa de todos, no era una doncella caprichosa más; el cariño y amor de sus padres le permitieron desarrollar una amabilidad tan genuina, todos en la región la apreciaron. Tuvo numerosas propuestas de compromiso, aunque sólo se interesó por una.
Tenia tantos propósitos por cumplir, tantos deseos... pero cada uno de ellos se extinguió cuando fue entregada a Jin GuangShan.
"No sirve de nada negarme, debo honrar a mi padre. Pronto se aburrirá de mi, no debo preocuparme".
Esas y más palabras de consuelo para su alma marchita se repitieron incesantemente por noches enteras y días terribles como un mantra.
Todo lo hizo por su progenitor; aguantó cada humillación, cada palabra de ese cultivador y se dejó moldear por ese hombre.
Y más tarde que temprano, Jin GuangShan se aburrió de ella y cambio de entretenimiento.
Con su libertad de vuelta, regreso con los padres que alguna vez le rogaron por aceptar aquella condición nauseabunda hecha por el líder de los Jin. Vaya... que ironía. Volvió con los suyos solo para ser repudiada.
"Una mujer sin valor nunca será parte de mi legado". La doncella nunca pudo olvidar las ultimas palabras que su A-die le escupió antes de cerrarle las puertas de su hogar y de su vida. Aún así, se forzó a reprimir ese odio—que día con día incrementó— y dió media vuelta para buscar una forma para sobrevivir. Dejo atrás todo lo que conocía y salió a un mundo lleno de perversidad.
No le enorgulleció nada de lo que hizo después.
La bondad que alguna vez caracterizó a esa mujer se tornó tan obscura. Las cosas que aprendió en el burdel que trabajo y de su gente, a los hombres que conoció... entendió que Jin GuangShang no era un ejemplar tan único como creía.
