Relatos De Un Corazón Roto

Una flor por cada letra

Era extraño, todo esto.

Todo el mundo, era muy extraño, algo que no logro entender aún.

¿Cómo es que pueden pretender que no pasó nada?

Qué no pasa nada, que todo está bien, cuando todo está mal.

Yo estoy mal, todo el mundo está mal.

•••

Arranqué una de las flores que estaban adelante de mí. Sentada en el césped, en soledad y silencio. Consentrada por completo en la pequeño y fina flor de color lila.

Tan hermosa, tan pequeña y fina. Era perfecta.

La coloqué en mi libro, la pegué con un poco de cinta decorativa. Luego, aun lado, escribí como la encontré, lo que me hacía sentir.

Cuando terminé me dejé caer hacia atrás. Me puse a mirar el cielo nublado.

Estaba apunto de quedarme dormida cuando escuché pasos, rápidamente me escondí, pues estaba en propiedad privada y no quería problemas.

Cuando ví a otra chica llegar detrás de unos árboles.

Estaba segura que también estaba invadiendo, de lo contrario llegaría por el camino de la entrada.

Era de cabello hasta los hombros, lacio y de color castaño. Ojos oscuros, hasta donde podía ver, que era poco.

De echo... era linda.

Estaba distraída mirando las acciones de la chica, que no me dí cuenta cuando la piedra donde estaba pisando se resbaló... Y caí hacia un lado, dejándome a la vista de la chica.

Traté de no gritar cubriendo mi boca con las manos, para que no se percatara de mí, pero fue imposible, me había visto.

Traté de quejarme por lo bajo, mientras que llevaba mis manos a mi tobillo, creo que se torció... duele demasiado...

Miré a la chica, me estaba mirando con una expresión de asombro, susto y preocupación...

Cuando nuestros ojos se cruzaron... supe que no quería dejar de mirarlos.

Desperté.

Miré a mi alrededor, había vuelto a soñar con lo mismo. Me encanta ese sueño dónde la veo pero... Sé que no es real.

Ni ella, ni lo que pasa en el sueño, ni nada de lo que creo.

Volví a despertar en mi habitación, mi pequeña habitación aislada.

En el hospital psiquiátrico.