Parte 1

271 16 35
                                    

Época actual.

Aprovechando el verano una estrella mundial del cine embarcó en un crucero, era la nueva musa de los mejores Directores de Hollywood, por eso los fotógrafos la acosaban en donde iba, y eso le encantaba.

Cheelai había conseguido un papel pequeño en una película como parte del grupo que acompañaba a Cleopatra, en una mega producción, su exótica belleza encandiló al director, y algunos ejecutivos, así en menos de un año logró fama internacional, además de su hermosura, era una excelente actriz, muchos quisieron estar de novios con ella, pero la muchacha prefería ser una belleza inalcanzable, a veces dejaba que corrieran rumores sobre posibles parejas porque sabía que eso subiría su notoriedad.

Su representante era Lemo, el hombre que la encontró en la calle cuando era solo una niña, y le dio su apellido, ahora ambos nadaban en dinero y no les molestaba gastarlo a manos llenas.

El barco donde subieron iba alrededor del mundo, para hacer tomas en muchos países, y usarlas para una película de aventuras, además de hacer publicidad a la producción.

Mientras en otra cabina habían otros pasajeros de primera clase, muy distintos a la muchacha, uno era el campeón de artes marciales mixtas por tres años seguidos, a sus veintiuno era una leyenda en el mundo de las luchas, no tenía madre o hermanos, su entrenador era su padre, decían que al nacer Broly su progenitora había muerto, o su padre la dejó desangrarse para quedarse con el pequeño, al final el resultado había sido el mismo. Solo se tenían el uno al otro.

Desde pequeño el niño había sido entrenado por su padre para ser el mejor, ya a los 10 se enfrentó a muchachos de quince en peleas callejeras para ganar dinero, tuvo suerte que un promotor de boxeo lo vio en una de esas luchas, lo llevo a las legales, y por fin pudo, a los 18 enfrentarse al campeón de los pesos pesados, de 30 años, un veterano al que en 5 años nadie había derrotado.

0-0-0-0-0-0

Mírate niño, yo puedo contra ti, CONTRA TODOS — gritó en la rueda de prensa el campeón maduro antes de la pelea.

En el ring veremos quién es mejor — dijo el progenitor de Broly.

Como el hombre mayor vio que el muchacho no respondió se quiso burlar.

— Así que eres mudo, o tonto, por eso tu "papi" tiene que hablar por ti.

El gigante quiso dar un paso hacia su rival, pero su padre le puso una mano en el pecho, luego de intercambiar miradas con su descendiente, el hombre de la cicatriz en la cara se enfrentó al veterano.

— Insisto, con ladridos nadie ha ganado nada, ya veremos quién es mejor en el ring ¿Eso es lo que importa o no?

Tal como dijo el padre, su hijo prácticamente barrió el piso con su rival, esto se repitió durante los últimos tres años, ahora Broly iba a competir en varios torneos por las islas polinésicas.

0-0-0-0-0-0

— Aprovecharemos estas semanas para entrenar ¿Entendido? Hay muchas distracciones en este barco para ti, quiero que solo te centres en ganar, como siempre.

— Como digas padre.

— Espero recuerdes lo que siempre te he dicho, tu vida son las luchas. Yo ordeno, tú pegas.

— Entiendo padre.

— Además no quiero que sigas usando esa piel cuando peleas, deshazte de ella — al ver como su hijo cerraba los puños, molesto, decidió no insistir — está bien, quédatela, inventaré una historia para justificarla, algo como que nos salvaste del ataque de lobos y te quedaste con la piel del jefe de la manada.

Broly la acarició con ternura.

— No era malo.

— Da igual, ahora anda a entrenar.

Al rato se encontraron Paragus y Cheelai en un pasillo, cuando la nave se movió por la marejada, ella empujó sin querer al hombre, haciéndolo caer.

— Estúpida, fíjate por donde vas — se levantó enojado

— No moleste ¿Acaso no sabe quién soy? Respéteme.

— Eres solo una mujercita molesta — pasó y la dejó enejada, insultándolo.

— Viejo estúpido, me las pagarás.

— ¿Qué pasó? — preguntó Lemo al verla así.

— Ese tipo me insultó — puso cara de perrito apaleado.

— No parece de los tipos que puedan pagar una cabina aquí.

— Investiga, me las pagará, soy una dama y una estrella del cine, la más grande belleza del siglo, DE TODA LA HISTORIA DEL CINE, SOY LA JOYA BLANCA — luego se dio vuelta y se fue a su camarote.

Esa tarde Lemo tenía los datos que le pidió su protegida.

— Es el padre y administrador de un famoso luchador, que ha ganado tres años seguidos el título, el hijo se llama Broly.

— Debe ser una montaña de músculos sin cerebro, además de viejo y lleno de cicatrices.

— Nada de eso, solo tiene 21 años.

Al escuchar eso, la muchacha quedó pensativa.

— ¿Está a la vista? — miró para donde le apuntó — vaya, es muy joven. Me gustaría verlo más de cerca.

— Cheelai, cariño, ya es hora de las tomas del día — el Director estaba encantado con su estrella.

— Qué fastidio — puso su mejor cara — bien, lo haremos rápido.

Cuando termino, pidió permiso para retirase a su camarote con el pretexto que le dolía la cabeza.

— ¿Mandó buscar un médico? — propuso el artista — no puedo dejar que a mi mejor actriz le pase algo.

— Para nada, solo es que no dormí bien, es por el movimiento del barco.

— Entiendo, nos vemos mañana a las 9 para seguir.

En vez de irse a su cuarto, la muchacha se puso una camiseta sin un hombro, y un pantalón muy ajustado, se fue a mirar el entrenamiento del hijo del hombre que la insulto. El joven era alto, Cheelai miraba sus músculos, seguía cada gota de sudor que caía por su cuerpo, mientras el luchador hacía ejercicio bajo la mirada del hombre mayor, la fémina pensó no sería un gran sacrificio poner en marcha el plan que se le acababa de ocurrir para vengarse.

— Ese viejo loco me las pagara en lo que más le duele.

— Que malvada eres — ella miró a Lemo molesta — no dije nada — rió de lado.

— Además será bueno para mi carrera — miró al gigante que ahora saltaba la cuerda — una estrella del cine con uno de las luchas, mucha publicidad gratis para nosotros.

Fue a su cuarto de nuevo, se puso acomodó su mini bikini, y un pareo alrededor de su cintura, se abrió pasó entre los periodistas y curiosos.

— Eres Cheelai — dijo uno de los pasajeros, empezando a tomarle fotografías con su celular.

— Así es — puso un brazo atrás de su cabeza y sonrió coquetamente.

Al sentir la interrupción, Broly se dio vuelta, quedó sin saber que hacer o decir al ver a la jovencita.

Ni tan Bella ni tan BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora