La guitarra del Diablo(Gravity Falls)

Sentimientos

Limpiar manchas de maple sobre la madera no era nada sencillo. Especialmente por su espesor.
-Susie, ¿Qué te pasa?-
Ella no quería hablar. Estaba muy avergonzada por el mal comienzo de la mañana.
-Estoy bien, Melody. No pasa nada.
-Sí, te pasa algo. En tus ojos se ve.-
Las abuelas son buenas para observar.
A Susie no le gustaba eso.
Tomando asiento para desahogarse, y soltando un largo suspiro, confiesa lo que ocurre.
-Bueno... He estado distraída toda la mañana.
- ¿Pasa algo malo?
-No abuelita... Es... Raro, supongo.
-Tranquila, estás en confianza.
-En serio, no sé si pueda decirlo delante de los niños.
-Vamos, hemos visto cosas más extrañas en este pueblo. No tengas miedo.-
-¿Seguro Dipper?
Ok... Aquí voy.-
Su corazón latía fuertemente. Susana jamás había dicho esto en voz alta. Para ella, resolver un exámen parcial o tocar un instrumento era mucho más sencillo que hablar de sus problemas. Cerró los ojos como si una bomba fuera a estallar. Tensó los labios, lista para disparar su respuesta.
-Me gusta el dr. Misterio. Y he estado pensando en él toda la mañana.-
Hubo silencio. Pero nadie en la habitación la juzgó ni se burló. Más bien parecían saberlo.
-¿Qué? ¿No les sorprende?
-Bueno... No es que seas la mejor disimulando.-
-¿En serio se nota?-

Dipper recordaba que en más de una ocasión, ella lo observaba indiscretamente haciendo sus asuntos diarios. Lo miraba haciendo anotaciones, persiguiendo anomalías por la cabaña o simplemente almorzando. Una vez, su rostro enrojeció al verlo trabajar con los brazos arremangados. El vello, las cicatrices y algunos tatuajes, encendían sus instintos.

-Ok, tienes razón. Sólo espero que no lo haya notado.-
Dijo mientras ponía una de sus manos detrás de su cuello.
-¿Por qué? Al tío Ford le vendría bien una novia. -le dijo Mabel entrecerrando los ojos y sonriendo pícaramente.
-Mabel, es tu tío ¿No quieres que salga con alguien de su edad? Además, no estoy segura de que le gusten las chicas jóvenes.
-Pff... Que eso no te detenga. A Dipper le gustaba Wendy.
-¿Wendy? ¿La pelirroja que trabaja conmigo? ¿L-la hija del leñador Dan?-
-¡Sí! Se obsesionó todo el verano.
-Eso fue el año pasado Mabel.
-Se ponía sudoroso frente a ella.
-Mabel, basta.-

-Deberías invitarlo a salir. Podrías llevarte una sorpresa.
-Es una buena idea tío Soos, pero, ¿Qué hago? No puedo ponerme al frente y decirle: "Hola, me gustas. Salgamos juntos".
Además, tampoco es como que hablemos mucho ¿Oh sí?...
-¿Que no hablan mucho? ¡Siempre preguntas por él y lo buscas para conversar!-
Dipper era realmente observador. A ella le incomodaba. No sólo por esa rara cualidad, sino que todos la animaban a dar el primer paso. Sentía como si todos la empujaran por el trampolín de una piscina.

-Relájate. Sólo tienes que preguntarle si quiere ir a tomar un café o algo así. La primera cita de Soos y yo fue en una pizzería con animatrónicos.
Fue mucho más lindo de lo que suena.

-Ok, lo intentaré. Gracias Melody.
Cambiando de tema, ¿Saben a qué hora abre la tienda de música?
-Faltan unos minutos.- Abuelita rompió su típico silencio.

-Perfecto. Iré por mis ahorros y me iré.
-¿Irás por la guitarra que querías?
-¡Sí! Al fin tengo dinero suficiente.
Gracias por todo chicos.-

Aunque sus padres y amigos la apoyaban en todo lo que se proponía, la personalidad nerviosa de Susana la detenía.
Si bien, ya no se preocupaba tanto como antes, tenía miedo de la opinión de los demás. Ir a visitar a su tío Soos en Estados Unidos, le ha sentado bien. Conocer gente y lugares nuevos le ha ayudado a vencer sus miedos, pero todavía tenía un largo camino por recorrer.